Los comisionados para llevar a efecto las incautaciones en León, fueron Juan de Dios de la Rada y Delgado y Juan de Malibrán, que redactaron con rigor una “Memoria” que refleja el proceso de “adquisiciones”.
La situación no era nueva. Unos meses antes ya se habían confiscado o “donado” otros objetos de la Basílica, como refleja el acta 26 de enero 1869. Asimismo, a mediados de 1868, D. José Amador de los Ríos, por aquel entonces director del Arqueológico, en su búsqueda de piezas para el recién creado Museo, había localizado e incautado o le fue “regalada”, una espada jineta de la iglesia de San Marcelo que portaba la imagen del santo titular http://la-jineta-de-san-marcelo.html, así como dos arquetas románicas de madera de nogal datadas en siglo XIII, del tipo denominado “pacotilla”, procedentes de un taller de Limoges.
Tienen estructura prismática y tapa a doble vertiente, en la que sobre el alma de madera y mediante remaches, se colocan láminas de cobre dorado y esmaltado. Ambas procedían del muy querido Monasterio de Santa María de Sandoval, aunque fueron “obtenidas” del Convento de San Marcos de León.
El acta de la incautación de diciembre de 1869, siendo director del MAN, D. Ventura Ruiz Aguilera, que a continuación se transcribe, delata uno de los saqueos de arte más significativos en la ciudad de León:
“NOTA. De los efectos de esta Colegiata trasladados al Museo Nacional por incautación.
En el día nueve de diciembre del corriente de sesenta y nueve, se constituyeron en esta Real Colegiata de San Isidoro, el jefe de sección de fomento D. Vicente Carbonell en representación del Gobierno Civil, D. Juan de Dios de la Rada y D. Juan Malibran como comisionados por S.A. el Regente del Reino para recoger de entre los efectos de que el Estado se halla incautado, los que se considerasen dignos por su mérito artístico o histórico de figurar en el Museo Arqueológico Nacional D. Ricardo Belazquez y D. Ramón Alvarez de la Braña, secretario el primero y vocal el segundo de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de esta Provincia. Y habiéndose hecho presente el objeto de la Comisión por el Sr. Jefe del Fomento a los señores Comisionados D. Fernando Lucas, D. Justo Fernandez y D. Nicolás Alvarez, procedieron los señores de la citada Comisión a designar e incautarse y llevar los objetos siguientes: Un arca de ágata y plata (a), estilo latino vizantino (dejado en poder de los señores Canónigos expresados las reliquias que contenía); así como también otra arquita pequeña que había dentro de esta que se describe. Otra arca de estilo mudejar de plata con varias leyendas (dejando igualmente a los Señores Canónigos las reliquias que contenía) (b). Una caja de marfil, estilo visigodo, con las Bienaventuranzas en el respaldo (c): tiene sobrepuestos adornos de estilo mudejar (entregaron las reliquias que contenía a los mismos señores). Otra caja de estilo mudejar, forma ovalada, con gravados de hoja de yedra (d). Un cofrecito de madera con incrustaciones de marfil (e), figurando vichas, con leyendas de estilo mudejar. Un crucifijo de marfil de estilo románico regalado por el Rey D. Femando y Dª Sancha su esposa (f), cuya leyenda viene al pie. Un códice del siglo catorce al quince, con iluminaciones, procedente de la Biblioteca de este Cabildo. Un cuadro pintado en tabla, que representa la Coronación de la Santísima Virgen y cuyo cuadro estaba colocado en la Sacristía de esta Iglesia. Todos los efectos constan del recibo dado por dicha Comisión al Cabildo.
Es cuanto ha parecido conveniente consignar en este libro de Actas para los efectos consiguientes. León, 10 de diciembre de 1869. Valentín Santiago, secretario.”
En este momento fueron requisadas cinco cajas o arquetas a las que hay que añadir una pequeña que se encontraba en el interior de otra. En total parece que fueron seis piezas, encontrándose alguna de ellas entre las más significativas del mundo medieval. Además de esto, significar la incautación del crucifijo de marfil conocido como de D. Fernando y Doña Sancha, que es una de las piezas artísticas más emblemáticas del Museo Arqueológico Nacional.
Arca de las Ágatas (a): Caja de madera de pino, plata nielada y ágatas, utilizada como relicario. Sobre su estructura prismática una tapa con forma ataudada, con una pequeña base superior para el asa y cuatro vertientes; lleva 57 piezas de ágata cuadradas, rectangulares o circulares; unas planas, otras almohadilladas, todas ellas con guarnición de chapitas de plata cincelada y nielada, formando un sogueado con adornos florales en las uniones y arcos de herradura en las esquinas. Posee una bella bisagra para el cierre, adornada con un vástago. La base, formada por un añadido de plata, es posterior, de época gótica. El asa es moderna, del XIX; la antigua sufrió el saqueo de las tropas francesas.
Los arcos de herradura hacen pensar en un origen musulmán, sin embargo, el sogueado es típico del arte peninsular norteño (asturiano). Hay que recordar, que el arco de herradura ya se ejecutaba en época romana y visigoda, por lo que posiblemente se trate de una obra realizada en un taller leonés, para albergar alguna importante reliquia.
Arqueta arábiga con tres bisagras (b): Realizada en plata y esmaltes, se utilizó como relicario al llegar a tierras leonesas. Posiblemente data de finales del s. X (Alfonso VI), tiene estructura prismática y tapa ataudada, con dos bisagras en la parte posterior y una delantera de cierre, bellamente ornamentada con dos aves afrontadas. La decoración mediante esmalte es variada, representando motivos cúficos, vegetales y animalísticos.
En la tapa, representación de pequeños motivos vegetales y ocho pavos reales. En las cuatro vertientes una inscripción en caracteres cúficos: “PAZ PERPETUA, GLORIA CUMPLIDA, FELICIDAD PERFECTA Y PROSPERIDAD PARA TODOS”; en el último friso, tallo y hojas serpenteantes.
Este último motivo se repite en el cuerpo de la caja en dos frisos, uno inferior y otro superior, mientras el central contiene otro texto cúfico: “LA BENDICIÓN DE ALAH PARA LOS SUYOS, Y SALUD PERPETUA, GLORIA CUMPLIDA, FELICIDAD COMPLETA, DICHA PERMANENTE, SALVACIÓN PARA SU DUEÑO”.
Falta una placa, la correspondiente a: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, … La pérdida y la alteración del orden del resto de placas, se debe a la restauración posterior realizada como consecuencia de los destrozos de las tropas francesas.
Esta acción dio lugar, como hemos señalado, a la pérdida de una placa de las Bienaventuranzas y a la placa decorativa que ocuparía un lateral de la arqueta, que, seguramente y según varias opiniones, pudiera ser el Cristo en Majestad de la colección Larcade, de París.
En esa remodelación y ante la falta de piezas, se modificó el orden lógico de las placas, colocándose tres en el frente y dos en cada lateral, cubriéndose la parte trasera con distintas piezas de marfil de origen islámico, que contienen motivos animalísticos y epigráficos, entre abundante decoración vegetal.
Cada placa de marfil se compone de dos personajes, todos con ojos de azabache, cobijados bajo un arco de medio punto, sostenido por estrechas columnas salomónicas. Uno de los dos protagonistas es un ángel que se representa en clara aptitud de dirigir o advertir a su interlocutor, que le escucha y que, seguramente, son representaciones de personajes bíblicos.
Sobre los arcos se observan construcciones que pueden evocar la Jerusalén celeste. De las ocho Bienaventuranzas se narran de manera abreviada siete, que se incrustan en el interior de los arcos:
“BEATI QUI LUGENT”: Bienaventurados los mansos.
“BEATI QUI PERSECUTIONEM”: Bienaventurados los perseguidos.
“BEATI PACIFICI”: Bienaventurados los que buscan la paz.
“BEATI MISERICORDES”: Bienaventurados los misericordiosos.
“BEATI MUNDO CORDE”: Bienaventurados los limpios de corazón.
“BEATI PAUPERES SPIRITU”: Bienaventurados los pobres de espíritu.
“BEATI MITES": Bienaventurados los que lloran.
El parecido de su decoración con las yeserías de la Alfajería de Zaragoza, a base de palmas sobre esmaltado negro, hacen presuponer su origen musulmán-aragonés, y su llegada al Reino de León como botín o tributo al rey leonés Fernando I.
Arqueta arábiga de los perros (e): Realizada posiblemente a finales del s. XI y realizada en madera de alerce, con decoración en taracea. El tema decorativo principal son unos perros afrontados (vichas en el acta de incautación), entre abundantes motivos vegetales, todos realizados en hueso o marfil.
El tema vegetal se encuentra en una doble banda decorativa, en el cuerpo del cofre y en la tapa. En ésta, de forma ataudada, se repiten los motivos vegetales y los lebreles, pero con aves en las esquinas, salvo en sus dos vertientes laterales que se representan asnos. Sobre ellos se repite asimismo la banda geométrica. En la parte vertical de la tapa lleva una inscripción difícil de interpretar, realizada en caracteres nesjí (trazos más redondeados que la escritura cúfica).
Todos sus herrajes tienen forma y maneras hispano-musulmanas, a base de dos bisagras traseras y una delantera de cierre, además de un asa.
Crucifijo (f): Espléndida cruz relicario de marfil, oro y azabache del s. XI, formada por dos piezas: la cruz y la figura del crucificado, cuya espalda está perforada para contener una reliquia de la "Vera Cruz", o sea, se trata de una estauroteca. La forma de cruz latina termina con la tradición hispana de cruces patadas, tan abundante en época visigoda, y que todavía sobrevivió a los primeros siglos de invasión musulmana.
La imagen del Cristo, todavía vivo y expresivo, está tallada en marfil de bulto redondo, con la cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha. La cara ovalada en la que resaltan los ojos grandes y abiertos con las pupilas realizados en azabache. Se le representa con barba, las piernas verticales y los pies sangrantes, pero, curiosamente, no se percibe la huella de los clavos. Ha perdido los dedos de la mano derecha y el paño de pureza le cubre hasta las rodillas y está anudado a la cintura con un gran lazo.
La cruz está completamente decorada en la que se representa, en los bordes del anverso, personajes ascendiendo al cielo y otros descendiendo a los infiernos. Entre ellos imágenes de animales y vegetales. Sobre la cabeza del crucificado la inscripción "IHCNAZA/RENVS REX/IVDEORVM", bajo los pies "FERDINADVS REX/ SANCHA REGINA". En el reverso, el Agnus Dei en el centro, en los extremos de ambos brazos abundante decoración a base de roleos, zoomorfos, atauriques y el símbolo alado de los cuatro evangelistas.
Está considerada como la obra cumbre de la eboraria del s. XI, formando parte del tesoro donado por los Reyes de León, Fernando I y D.ª Sancha, por testamento de fecha 17 de diciembre de 1063, a la Colegiata de San Isidoro de León.
- Juan de Dios de la Rada. Comisionado y presente en la incautación.
- José Amador de los Ríos. Director del MAN en 1868. Protagonista de la "donación" de la jineta de San Marcelo y las dos arquetas de Sandoval que se encontraban en San Marcos.
- Ventura Ruiz Aguilera, director del MAN en el momento de la incautación.
- Acta de incautación de 9 de diciembre de 1869.
- Arca de las Ágatas.
- Arqueta arábiga de tres bisagras.
- Arqueta de las Bienaventuranzas.
- Caja arábiga ovalada.
- Arqueta arábiga de los perros.
- Crucifijo de Fernando I y Sancha.
6 comentarios:
Cuando leo estas cosas siempre me hago multitud de preguntas. Lo negociarían con el Cabildo de la Colegiata? Porqué se llevaron estas piezas y no otras o, incluso, todas las de valor? Convulso el s.XIX respecto al recién nacido afán museológico y el pretexto de la preservación. Apasionante tema. Gracias por este estupendo artículo.
Mónica: En aquel momento, era requisito que las piezas, donadas o incautadas, estuvieran fuera de culto. Ese es el motivo que no estén la mayoría en Madrid.
Gracias por el comentario. Saludos
Francamente, no tengo nada en contra de los museos, pero entrar en un lugar y apoderarse arbitrariamente de algo privándoles de esas obras de arte para trasladarlas a otro lugar, me parece fatal.
Supongo que pedir que sean restituidas a su lugar de origen será tiempo perdido ¿no?
Una vuelta atrás resulta impensable. En este caso el antiguo abad de San Isidoro, recientemente fallecido, llegó a realizar la petición personalmente al Rey, para el regreso a la Basílica de ciertas piezas.
Vagas esperanzas ... promesas educadas ... pero su destino es Madrid.
Un abrazo
¡Qué maravillas! Será cuestión de insistir. Son muchos los documentos que van de camino a Cataluña desde Salamanca. Es muy difícil pero... ¿Por qué no pueden regresar a León las joyas que un día salieron de aquí?
Mara: Es prácticamente imposible su vuelta, pero lo que no debemos olvidar es el suceso y tenerlo siempre presente.
Saludos
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