Roque Baños: ALATRISTE - Orquesta de Córdoba y Coro Ziryab
La Historia de España está salpicada de sucesos y momentos críticos como el actual. Han sido múltiples los periodos amargos y dolorosos que se han superado con mayor o menor ventura, pero dejando siempre un importante rastro de miseria, resentimiento y caos social.
La Historia de España está salpicada de sucesos y momentos críticos como el actual. Han sido múltiples los periodos amargos y dolorosos que se han superado con mayor o menor ventura, pero dejando siempre un importante rastro de miseria, resentimiento y caos social.
Arrastramos la sempiterna falta de medios y carecemos de la potente base económica que poseen otras naciones europeas y que forjaron, principalmente, durante los dos últimos siglos. En nuestro país, durante ese periodo, el desorden y el desgobierno han sido permanentes.
El siglo XIX se inicia en España con la devastadora invasión napoleónica y la ¿ayuda? del salvaje ejército inglés, que dejaron arrasada por completo la Península. Este desastre fue el precedente a la anarquía y locura que imperó durante el reinado de Fernando VII, periodo nefasto en nuestra Historia que reprimió brutalmente los brotes constitucionales y que generó las fratricidas y desastrosas Guerras Carlistas a lo largo del siglo.
A la altura de estas calamidades, no estuvo ajena la revolución generada por la implantación de la I República, como tampoco los sucesos de fin de siglo, protagonizados por el caos de la Restauración, la tercera Guerra Carlista y las interminables y sangrientas guerras coloniales, que finalizaron con la declaración de guerra de EE.UU. y la pérdida de Cuba y Filipinas. Todo esto, en medio de una España hundida en la miseria, carente de infraestructura industrial y con un comercio en decadencia, que deja a la mayoría de la población aferrada al cultivo de la tierra para poder subsistir o condenada a la emigración.
En medio de este panorama desolador, el siglo XX se inaugura con una profunda crisis política y económica, además del funesto episodio de la Guerra de Marruecos, que causó cerca de 10000 víctimas y en la que el episodio de Annual supuso una verdadera tragedia nacional. Este fue un suceso más, propio y característico de la España calamitosa dirigida por incompetentes que salpican toda nuestra Historia y que, únicamente, sufren y padecen los más débiles. De esta inconfundible España, no escapa la proclamación escandalosa y cruenta de la II República, la terrible Guerra Civil y la consecuente dictadura posterior.
Con la llegada de la democracia, España sigue sobrellevando su lacra histórica. Al final del siglo XX e inicio del XXI continúan los sucesos trágicos: ETA, Tejero, GAL, el 11-M, políticos corruptos e ineptos y, cómo no, el paro. La sociedad, asentada sobre una débil base industrial y sin dirigentes eficaces, no resiste ningún envite económico importante y se hunde periódicamente en el desempleo. Un desempleo que se ceba siempre con los mismos, con la España humilde y trabajadora, la que siempre protagoniza los episodios desgraciados.
Entre esos sucesos fatídicos, destaca el ocurrido el 19 de mayo de 1643, día de la conocida derrota de los Tercios en Rocroi, ciudad francesa muy cercana a la frontera belga. Ese día está marcado en nuestra Historia como el inicio de la decadencia político-militar, lenta pero continua, que nos lleva inexorablemente hasta la actualidad. Aunque el resultado posterior de la batalla no fue tan catastrófico como se nos hizo ver, tal vez por la influencia de la eficiente propaganda francesa, y que en fechas posteriores el ejército hispano aplastaría al francés en Valenciennes, los Tercios no volverán a brillar con la grandiosidad que los había llevado a conquistar la mayor parte de Europa.
El pintor y militar decimonónico de origen gallego Víctor Morelli, refleja el suceso en el cuadro “Rocroi” (al inicio), en donde se retrata espléndidamente ese momento decisivo de nuestra Historia. Morelli muestra en su obra la España abatida, derrotada, formada por luchadores, por hombres acostumbrados a soportar la ineptitud, la adversidad, la cobardía de sus dirigentes, pero que se mantienen en pie, desafiantes, esperando el próximo ataque, el próximo golpe. El artista plasma la única España que mira de frente, a la cara, la que sufre y se sacrifica, la que verdaderamente aguanta y sostiene la nación en los momentos difíciles.
Puesto en fuga el grueso del ejército, los Tercios españoles no retrocedieron y aceptaron su maldito destino sin miedo ni vacilaciones, a pesar haber llevado el peso principal de la batalla y encontrarse sin munición, agotados y heridos, entre los cadáveres de cientos de compañeros y a la espera de una nueva carga de la caballería francesa. El cuadro de Víctor Morelli es la imagen de unos hombres aferrados a un destino honroso, apiñados junto a sus banderas. Es el retrato de una agotada y decadente España, ligada a la dignidad y a su glorioso pasado, pero con un futuro incierto.
El conocido y actual pintor de temas militares Augusto Ferrer-Dalmau, en una de sus obras recientes, también refleja de manera excelente este episodio en el lienzo titulado “Rocroi, el último Tercio”. Pérez-Reverte, en uno de sus controvertidos artículos semanales, habla así del cuadro y del perro (Canelo) que el pintor incluye en el tema. Son claras y meridianas las referencias a la sufridora España “de toda la vida”: “ (el cuadro) Retrata a la pobre y dura España de toda la vida: el soldado ciego con una espada en la mano, al que un compañero mantiene de pie y vuelto hacia el enemigo; los que rematan sañudos a los franceses moribundos; el tranquilo arcabucero que sopla la mecha para el último disparo; el desordenado palilleo de picas que eriza la formación, tan diferente a las victoriosas lanzas que pintó Velázquez.
Y sobre todo, la expresión de los soldados que miran al enemigo-espectador con rencor asesino. Acércate, parecen decir. Si tienes huevos. Ven a que te raje, cabrón, mientras nos vamos juntos al infierno. Realmente da miedo acercarse a esos hombres; y uno entiende que les ofrecieran rendirse con honor antes que pagar el precio por exterminarlos uno a uno. Son tan auténticos como el buen Canelo: españoles desesperados, tirados como perros, olvidados de Dios y de su rey. Y pese a todo, arrogantes hasta el final, fieles a su reputación, temibles hasta en la derrota. Peligrosos y homicidas como la madre que nos parió”.
Esa era la España de Rocroi, no tan distinta a esta actual. Es la España que siempre paga el coste de los desastres, de la torpeza, de la incapacidad. A la que se recurre continuamente y se sacrifica una y otra vez. La que siempre responde, la que acabará levantando el país.
- Rocroi. Vicente Morelli.
- Regimiento Asturias. Augusto Ferrer-Dalmau.
- Regimiento Real de Minadores-Zapadores. Augusto Ferrer Dalmau.
- Carga Regimiento Voluntarios de Jaruco (Cuba). José Ferre Clauzel.
- Cola ante el INEM.
- Batalla de Arbalan. Joseph Cusachs.
- Rocroi, el último Tercio. Augusto Ferrer-Dalmau.
- Alférez Tercios españoles. Augusto Ferrer-Dalmau.
- Video: Roque Baños - Alatriste. Orquesta de Córdoba y Coro Ziryad (meliammusic).
- Rocroi. Vicente Morelli.
- Regimiento Asturias. Augusto Ferrer-Dalmau.
- Regimiento Real de Minadores-Zapadores. Augusto Ferrer Dalmau.
- Carga Regimiento Voluntarios de Jaruco (Cuba). José Ferre Clauzel.
- Cola ante el INEM.
- Batalla de Arbalan. Joseph Cusachs.
- Rocroi, el último Tercio. Augusto Ferrer-Dalmau.
- Alférez Tercios españoles. Augusto Ferrer-Dalmau.
- Video: Roque Baños - Alatriste. Orquesta de Córdoba y Coro Ziryad (meliammusic).