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En una entrada reciente sobre la importante presencia vikinga en el Reino de León y la “cajita” existente en el Museo de San Isidoro, única muestra en España del arte vikingo, se hizo mención indirecta al Tapiz de Bayeux, que narra la conquista de Inglaterra en el año 1066 por los normandos, pueblo vikingo establecido en el norte de Francia desde el s. IX, al mando de Guillermo, duque de Normandía.
Hace unas semanas tuve ocasión de visitar Normandía y el sur de Bretaña. Un paisaje inesperado: bosques, cultivos, ríos navegables, playas y acantilados sorprendentes. Ciudades repletas de arte, de edificaciones típicas, inconfundibles y bellísimas; monasterios y abadías, castillos y palacios, murallas, torres y fortificaciones que conservan y mantienen, a pesar de la destrucción que causó la II Guerra Mundial, su tradicional estructura y sabor.
Un paisaje cuidado con esmero, unas regiones volcadas hacia el visitante, hacia un turismo tranquilo y ávido de arte e historia: Ruan, Caen, Cherburgo, Saint-Malo, Dinan, etc. Lugares emblemáticos como el Mont Saint-Michel, del que nos ocuparemos en otra entrada, las playas y objetivos que fueron protagonistas del Desembarco aliado: Omaha, Utah, Juno, Gold, Sword, Arromanches, Pointe du Hoc, Sainte Mere Eglise, etc. La existencia de diversos museos en distintas localidades dedicados al suceso, los espectaculares cementerios de los caídos durante el ataque: La Cambe, Bayeux y el impresionante camposanto de Colleville-sur-Mer, junto a la playa de Omaha, que reúne las tumbas de 9.387 soldados americanos fallecidos durante la campaña de Normandía.
Y entre todos estos lugares, uno que merece una referencia especial: Bayeux, una pequeña población de apenas 16.000 habitantes cercana a la costa y que, curiosamente, se ha hecho famosa como “centro” de dos invasiones que, con 900 años de diferencia y realizadas hacia uno y otro lado del Canal de la Mancha, han modificado la historia de la humanidad.
La primera el 29 de septiembre de 1066 y tiene como resultado la conquista de Inglaterra por Guillermo, duque de Normandía. La segunda viene del otro lado del Canal y se produce el 6 de junio de 1944, iniciándose con el sangriento desembarco de las fuerzas aliadas en las playas cercanas y que convierten a Bayeux en la primera ciudad liberada de Francia. Gracias a esta rápida conquista, la localidad quedó prácticamente indemne de los bombardeos y destrucciones que acabaron con la práctica totalidad de los edificios en otras ciudades de Normandía y Bretaña.
Bayeux resulta una excelente plataforma para recorrer la costa del Desembarco, visitando las playas y las pequeñas villas que cuentan con museos sobre el tema (importante controlar los horarios de apertura y cierre). Imprescindible resultan las visitas al cementerio norteamericano de Colleville-sur-Mer, junto a la terriblemente famosa playa de Omaha, a los restos del gigantesco muelle artificial en la localidad costera de Arromanches y acercarse a Pointe du Hoc, destacado saliente en los acantilados donde los alemanes disponían de un importante emplazamiento de artillería costera. La zona se encuentra musealizada, conservándose el lugar como quedó después del asalto de los rangers americanos, con los impresionantes bunkers alemanes destruidos y derribados dentro de los múltiples cráteres formados por los bombardeos y la acción de los comandos.
El acceso a la pequeña localidad de Bayeux con calles muy estrechas, está perfectamente delimitado gracias a las circunvalaciones que subsisten y que fueron realizadas por las tropas inglesas con el fin de que pudiera circular con facilidad el ingente material pesado desembarcado. El estacionamiento resulta sencillo por la existencia de cantidad de plazas de aparcamiento gratuitas, que permiten dejar el vehículo a las afueras de la ciudad y adentrarse caminando por sus bellas calles para disfrutar de sus tradicionales edificios que se organizan en torno a su catedral y siguen el curso del río Aure.
Sin duda, una de las dos obras de arte más valoradas en Bayeux es su catedral, Nôtre Dame de Bayeux. La nueva catedral se edifica sobre otra románica anterior, siguiendo los patrones de la arquitectura normanda que evoluciona hacia el gótico, ya que, iniciada en el s. XI, las obras no concluyen hasta el XIII. Fue obra del obispo Odón de Conteville, posteriormente primer Conde de Kent, hermanastro del duque Guillermo, con el que colaborará militarmente en la conquista.
La otra obra excepcional es el Tapiz de la Reina Matilde (esposa de Guillermo), conocido popularmente como Tapiz de Bayeux. El Tapiz es una obra de arte única y un documento histórico de primer orden que narra en imágenes la aventura normanda. Contiene infinidad de detalles interesantes que ilustran casi todos los aspectos de la vida en el s. XI: equitación, armamento, vestido, construcción y navegación de naves, cocina, caza, etc. Una profusión increíble de imágenes: 37 edificaciones, 41 barcos, 202 caballos, 626 personajes, etc.
Está comprobado que es obra de un taller inglés, posiblemente del Condado de Kent y encargado y pagado por el obispo Odón de Conteville. Fue realizado relativamente poco tiempo después de la conquista, tal vez entre los años 1070-1080, con destino a la consagración solemne de la nueva catedral en 1077. El Tapiz se encuentra documentado en un inventario de la catedral del s. XV y parece que, durante toda la Edad Media y hasta la Revolución Francesa, se exhibía con regularidad en la nave central el 1 de julio, durante la celebración de la Fiesta de las Reliquias.
El Tapiz ha pasado por difíciles situaciones y se ha salvado milagrosamente. Durante la Revolución Francesa estuvo a punto de ser troceado para decorar las fiestas populares. En el año 1803 Napoleón lo transporta a París, pero debido a la impopularidad del traslado, es devuelto por el dictador a la ciudad de Bayeux que lo custodia y, desde aquel momento, solamente se muestra a importantes visitas. Es ocultado en a diversos lugares, siempre cerca de Bayeux, en circunstancias especiales como las Guerras Napoleónicas, la Guerra Franco-Prusiana y la I y II Guerra Mundial. Después de esta última es enviado momentáneamente al Louvre, para ser expuesto tras la rendición nazi. Hoy se encuentra expuesto en su lugar: Bayeux.
El Tapiz (La Tapisserie de Bayeux) se expone en el antiguo Gran Seminario de la ciudad del s. XVII, en la rue Nesmond, que alberga el “Centro Guillermo el Conquistador” (Centre Guillaume-le-Conquérant). En la entrada del Museo, en su patio exterior, se puede observar el Thorvald, la única replica existente del modelo de nave noruega denominado kirkebat (barco-iglesia), semejante a la que utilizaron los normandos para cruzar el Canal de la Mancha en el s. XI.
Con la entrada al Museo (8,00 €) se facilita una audio-guía en castellano, que resulta imprescindible para comprender y seguir la historia que narra la obra. En la planta baja se encuentra la denominada Sala Harold, una estancia de unos 50 metros de larga y prácticamente a oscuras en donde se musealiza el bordado dentro de una vitrina convenientemente iluminada. A mitad del recorrido, en la escena numerada como 37, la vitrina gira 360º, encontrándose el resto de la obra expuesta detrás de la primera parte. Podemos ver su disposición en la fotografía.
En realidad la obra no es una tapiz, se trata de un bordado de hilos de lana de cuatro colores principales (rojo, amarillo, verde y azul) y otras ocho tonalidades diferentes menores, sobre una tela de lino de 70 metros de larga y 50 cm. de ancho. La faja de tela está dividida en tres; en el medio se narra la escena principal, mientras las dos franjas muy pequeñas de los extremos muestran una decoración a base de animales más o menos fantásticos: follajes, guerreros, labores de campo, etc. El dibujo, curiosamente, resulta muy actual al imitar el “comic” y el “dibujo animado”.
La historia a grandes rasgos es la siguiente: Eduardo “el Confesor”, rey de Inglaterra, anciano y sin herederos, designa como sucesor a su cuñado Harold. Como teme que no se le reconozca a su muerte, ya que el duque de Normandía, Guillermo, primo suyo, pretende el trono inglés, envía a Normandía al propio Harold con una misión que, en realidad, históricamente no se conoce exactamente. En el viaje Harold y su gente caen en manos del Conde Guy, que después de varios emisarios entrega el prisionero a Guillermo.
Harold, ahora huésped de Guillermo, le acompaña y apoya en distintas campañas militares en Bretaña, es armado caballero por el duque, le hace jurar fidelidad sobre las reliquias en la antigua catedral románica de Bayeux y se compromete en matrimonio con la hija de Guillermo, Ágatha de Normandía. Harold regresa a Inglaterra, pero a la muerte de Eduardo se erige como rey sajón olvidando y despreciando el juramento y compromiso que había adquirido en Normandía. Ante la ingratitud y traición de Harold, Guillermo se ve legitimado para exigir el trono preparando un poderoso ejército que invade Inglaterra en 1066 y vence a Harold en la Batalla de Hastings, coronándose posteriormente como rey de Inglaterra.
La “narración” del Tapiz se interrumpe con la muerte de Harold (falta la última parte), que es considerada como un justo castigo para un perjuro. De esta manera, la historia de la conquista se justifica como un castigo divino al cometerse sacrilegio sobre las sagradas reliquias, acarreando forzosamente para el culpable y todos los suyos las consecuencias más terribles. Así se explica que un tema completamente profano como una intervención militar, se convierta en un asunto exclusivamente religioso y tenga permanentemente su sitio en la catedral.
La conquista es el germen que dará lugar a la “Guerra de los 100 años”, concretamente 106 años de guerra permanente y terrible entre Inglaterra y Francia. Ahora los normandos, que siempre habían sido vasallos del rey de Francia, eran reyes de otra nación y quieren ser tratados de igual a igual. Pero el punto de vista francés no es el mismo, y el hecho de que hubiesen ascendido de su ducado francés al trono inglés, no tiene por qué cambiar su sometimiento a la corona francesa. La pugna por los territorios normandos en suelo francés hará el resto.
En la primera planta del edificio se muestran varias maquetas, escenas en cera de la vida del nuevo rey de Inglaterra, paneles, vitrinas, etc., que tratan de explicar la vida cotidiana y el reinado de Guillermo el Conquistador. Toda su vida fue un continuo guerrear, enfermar y engordar. Se decía de él que parecía estar embarazado. El propio rey de Francia, enemigo suyo, una de las veces en las Guillermo cayó enfermo se burló de su obesidad, llegando a mandar un emisario para que le preguntase si había dado a luz con felicidad. Guillermo le respondió: “Todavía no he parido, pero podéis decir a vuestro señor que, después del parto, iré a misa a Nôtre Dame de París y no con cirios, sino con diez mil lanzas”.
El final de sus días no fue muy edificante. En el verano de 1087 se encontraba guerreando en la frontera de Normandía, en la ciudad de Mantes. En un rutinario reconocimiento del terreno, su caballo paró tan bruscamente que su enorme estómago se golpeó con fuerza contra el pomo de la silla de montar. El accidente le reventó internamente los intestinos y le produjo una peritonitis mortal. Seis semanas después moría a los 60 años en su castillo de Caen, en donde fue abandonado y despojado por sus sirvientes de todo lo que tenía a su alrededor: ropa, joyas, armas, muebles, …
Solamente uno de sus allegados consiguió que se celebrara el funeral en la Iglesia de Saint Éttiene de Caen, al que asistieron muy pocos fieles y donde actualmente se encuentran enterrados sus restos. Hasta el momento de su funeral Guillermo quiso ser único. Los obispos insistieron en enterrarle en un sarcófago de piedra, pero debido a su enorme tamaño, la descomposición que ya había comenzado y el hinchazón que le produjo su enfermedad, hubo que meter a presión el cuerpo en aquel pequeño nicho con un resultado nada edificante. El vientre de Guillermo reventó y, según cuentan, salpicó de vísceras, sangre y pus todo el lugar. El olor resultó tan insoportable, que los escasos asistentes que habían acudido al funeral abandonaron huyeron del templo y un hedor espantoso se mantuvo en el recinto durante varios meses.
Dos sucesos unen al duque de Normandía y rey de Inglaterra con el Reino de León. El primero de ellos forma parte de la leyenda y se refiere a que Guillermo se llevó a Inglaterra un caballo leonés, que montó en la célebre batalla de Hastings, donde el equino murió durante combate. En el Tapiz se le representa como un bello ejemplar negro, con una cruz esbelta y rasgos árabes. Había sido un regalo del señor de Longueville, Walter Giffard, que lo había adquirido durante su peregrinación a Santiago en el año 1064.
El otro hecho, éste histórico, se refiere a que el monarca leonés Alfonso VI tras la anulación de su matrimonio con Inés de Aquitania por la esterilidad de la reina, acordó su matrimonio con Ágatha de Normandía, hija de Guillermo y Matilde de Flandes, que había estado prometida con Harold antes de la invasión. La muerte prematura de Ágatha en 1080, frustró el compromiso por el que la princesa normanda podía haber sido reina de León.
Como vemos, para los amantes o curiosos de la historia, el arte o los paisajes sorprendentes, la visita a Bayeux puede resultar muy recomendable. Evidentemente no se puede dejar de lado su gastronomía. Normandía es la tierra de la sidra, el calvados y el camembert, pero también de excepcionales productos hortícolas de temporada y exquisito pescado y marisco, siendo los precios bastante asequibles.
Un tema importante a tener en cuenta es la bebida. Es posible su coste 0,00 € en prácticamente todos los lugares, si en vez de pedir agua, vino o cerveza, solicitamos una “carafe d´eau” (jarra o recipiente con agua de grifo), asunto impensable en los restaurantes españoles. Una recomendación, si hay ocasión se deben probar los “moules et frites”, otra manera de degustar los mejillones que para nosotros es sorprendente y extraña, pero que resulta original y muy sabrosa.
- El Tapiz de Bayeux. Joseph Kronheim.
- 911-2011. Aniversario: 1100 años formación de Normandía.
- Cementerio americano de Colleville-sur-Mer, sobre la playa de Omaha.
- Mapa del Desembarco aliado.
- Panorámica actual playa de Omaha.
- Arromanches. Restos puerto artificial aliado.
- Vistas de Bayeux.
- Recreación: bordado del Tapiz.
- Reproducción del Thorvald. Patio Centro Guillermo el Conquistador.
- Tapiz de Bayeux. Sala Harold, Centro Guillermo el Conquistador.
- Idem.
- Fragmento Tapiz. Guillermo, sobre su caballo español, se muestra a sus hombres levantando el casco.
- Batalla de Hastings. Tom Lovell.
- Guillermo el Conquistador. Pintura del XIX.
- Fragmento del Tapiz.
- Moules et frites.
- VIDEO: YouTube, "Qui le droite" por Ana Torroja y Patrick Bruel (thefuegotiger).