Estos días no ha dejado de sonar el "Dios salve a la Reina" ("God save the Queen"), himno nacional del Reino Unido y sus colonias, así como himno de la familia real británica y de las naciones que reconocen al monarca británico como jefe de estado, y al que se le conoce también como "himno anal".
Los antecedentes de esta pieza musical son muy interesantes y curiosos. Parece que fue Händel, músico alemán nacionalizado inglés, quién adaptó una anterior composición francesa de Jean-Baptiste Lully ("Grand Dieu sauve le Roi") y la "vendió" a la monarquía hannoveriana como himno real. Recordar que la casa alemana de Hannover (casa nobiliaria establecida en Suabia), es la dinastía reinante en Gran Bretaña desde 1714.
Los orígenes franceses no son discutibles. En el museo de Versailles existe un reloj que se remonta a mediados del siglo XVIII, cuyo carillón ejecuta una melodía prácticamente idéntica a la del "God save the King". Del mismo modo, en un documento fechado en 1719 conservado en el Ayuntamiento de Saint Cyr sur Mer, en el sur de Francia, se menciona que la pieza musical en cuestión es un motete antiguo del reinado de Luis XIV (1638-1715), compuesta por Jean-Baptiste Lully, quien la habría escrito para celebrar el restablecimiento del monarca francés, titulándola: "Grand Dieu sauve le Roi". La melodía llegó a ser el himno de la monarquía francesa hasta la Revolución.
Jean-Baptiste Lully (1632-1687) músico de origen italiano, revolucionó la música en Francia y se le considera el compositor que introdujo la ópera en el país galo. Se hizo prácticamente con el monopolio de las artes musicales en Francia y explotó la grandeza y la teatralidad de la corte de Luis XIV. En colaboración con el escritor francés Molière compuso una serie de ballets cómicos como Les fâcheux (1661), Matrimonio a la fuerza (1665) y El burgués gentilhombre (1670).
¿Cuál fue la enfermedad de Luis XIV que dio lugar a la célebre melodía? Parece ser que sobre el año 1685 el rey no podía seguir sus actividades diarias. Según cuentan, estaba molesto y dolorido por "un tumor que le había salido en el trasero". Le dolía permanentemente y sufría al sentarse y al andar. El sufrimiento era tan insoportable, que se considera que hubo un antes y después en su vida y reinado, lo que supone que la fístula de Luis XIV pudo, de alguna manera, condicionar la historia de Europa.
Toda la corte estaba pendiente del estado diario del "real culo". Se le modificó la alimentación, se aplicaron todo tipo de tratamientos, ungüentos y cataplasmas, se recomendaron aguas y baños, ... hasta que no hubo más remedio que pensar en una peligrosa solución en aquellos momentos: la cirugía.
El cirujano real, Charles Félix de Tassy, no había operado en su vida una fístula, pero encontró la forma de adquirir experiencia rápidamente. Solicitó que viajaran a París todos los enfermos que padecieran el mismo mal. De esta manera, comenzó a operar fístulas e ideó, con la práctica adquirida, un bisturí especial de plata que se denominó desde entonces bisturí real.
El día 8 de noviembre de 1686, a las ocho de la mañana, el rey fue despertado. Preguntó si estaba todo listo y se arrodilló a rezar a los pies de su cama. Volvió al Lecho y le dijo a el cirujano que no ahorrara cortes y le tratara como al último súbdito del reino. El monarca se colocó al borde de la cama con un almohadón debajo del vientre y Charles de Tassy inició la intervención. Procedió a separar mediante una incisión radical todos los tejidos situados entre la fístula, creando de esta forma una amplia y fresca superficie de herida que, posteriormente, cicatrizaría sin problemas.
La intervención del cirujano Tassy fue un éxito. El rey pudo reanudar con relativa normalidad su actividad y aquella misma tarde, después de comer, asistió a un consejo. Sin embargo, la convalecencia fue larga y se alargó hasta finales del mes de diciembre de aquel año, en el que oficialmente se anunció la curación total.
Tras el feliz desenlace y como era costumbre, se oficiaron y cantaron cientos de Te Deum en las iglesias de toda Francia para agradecer al Creador la curación del más alto de los mortales: el Rey Sol. Jean-Baptiste Lylly organizó el suyo en la iglesia de los Padres Bernardos de la calle San Honorato de París. Eligió el Te Deum preferido del monarca, composición que había realizado años atrás para el bautizo de su propio hijo, que había sido apadrinado por el propio rey. En aquella composición incluyó el famoso motete titulado: "Grand Dieu sauve le roi".
- Boda Real. Balcón palacio de Buckingham.
- Georg Friedrich Händel. Gemälde von Thomas Hudson.
- Jean-Baptiste Lully. Pierre Mingnar.
- Luis XIV y Moliere. Jean Léon Géerôme.
- Luis XIV. Hyacinthe Rigaud.
- Retrato de Charles F. de Tassy. Cirujano real.
- YouTube: ZekiSWE - "God Save - 1686 - 1745 - 1795 - 1830".
- Insólito. Balcón palacio de Buckingham.
6 comentarios:
Curioso, gracioso e interesante a la vez. Saludos.
Menuda historia ¿quién podría relacionar la enfermedad del rey con el himno?
No se como logras enterarte de estas interesantes historias, te felicito.
Buen día
Gracias Mara. La verdad es que si resulta curioso: de curación de fístula a himno nacional y real.
Leodegundia: Son cositas que conoces y recuerdas inmediatamente, cuando se producen sucesos de la repercusión mundial de este último.
Ver entrar y salir a la pareja rodeados de tanta cabeza real, protocolo, lujo, etc., mientras suena la melodía que produjo la curación de una fístula en el trasero de Luis XIV, resulta chocante.
Abrazos Leo.
Querido amigo por fin tengo acceso a tu blog ,pues solo lo tenia a modo de lectura,sin duda curioso articulo, por supuesto desconocía la relación,reconozco que lo has redactado con la mas absoluta seriedad pero no puede menos que sonreír . Tamaño compromiso el cirujano real, Charles Félix de Tassy
en sus manos estaba un asunto muy serio casi de Estado.
Un abrazo directo.
América: Es curioso descubrir que detrás de lo solemnemente cotidiano, existe "un mundo" pegado a la tierra y a lo humano.
Gracias por el comentario.
Un fuerte abrazo.
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