jueves, 14 de abril de 2011

Papones y limonada


Morenica del Mercado 3

Hace más de siglo y medio, como ya se ha comentado en algún tema anterior, Gustavo Adolfo Bécquer estuvo presente en las celebraciones de la Semana Santa leonesa. El poeta sevillano debió quedar sorprendido por el fervor, la belleza y austeridad de aquellas celebraciones inundadas de tradiciones, tan distintas a la Semana Santa de su Sevilla natal, que dejó escrito lo que observó en aquella visita a León. Especialmente describió el espectáculo que supone “El Encuentro”, episodio al que asistió y que transcurre en la Plaza Mayor durante la procesión del Viernes Santo a primera hora de la mañana.


Ronda. Dulce Nombre de Jesús Nazareno. Madrugada, Viernes Santo.

Bécquer sería testigo de la religiosidad leonesa de mediados del XIX, pero también, seguramente, de las arraigadas y peculiares tradiciones populares de la Semana SaEncuentronta de las cuales, desgraciadamente, no dejó constancia escrita: la existencia y desfile de los papones y la tradicional limonada, cuyo consumo, simbólicamente por supuesto, se asocia con el hecho de perseguir y "matar judíos" durante los días de Semana Santa en época medieval y moderna.

Esta antigua y vergonzosa práctica, como más adelante veremos, ocurría en una sociedad antagónica y religiosamente irreconciliable. Los cristianos, que eran la gran mayoría, culpaban a los israelitas de la muerte de Jesucristo, una vez debidamente instigados y azuzados por el clero, las órdenes religiosas y las hermandades de penitentes.

Estas primeras hermandades o cofradías y la costumbre de procesionar por las calles, tienen su origen, sin duda, en el Reino de León, donde todavía hoy es visible en alguna localidad, y a pesar de los trascendentales cambios, un mínimo de su austeridad primitiva.

Las cofradías, hermandades o fraternidades penitenciales no aparecen espontáneamente. Su evolución a lo largo de los siglos es el resultado de un larguísimo proceso protagonizado por distintas causas: económicas, culturales, religiosas, sociales, pero también producto de desgracias colectivas, como hambrunas y epidemias.

CervantesDisciplinantes

Se remontan al siglo XII-XIII donde surgen, al amparo de las órdenes mendicantes (agustinos, franciscanos, dominicos, etc.), grupos de flagelantes o disciplinantes en los que se impone la mortificación a base de la flagelación penitencial, muy repetida y bendecida en la Regla de San Benito, que practicaban y defendían los hombres santos del momento: San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, Santo Domingo de Guzmán, etc. Son varias, además, las muestras pictóricas de esta tradicional y cruenta práctica espiritual española: Solana, Goya, Turina y Aureal, Pérez Rubio, etc.

En el siglo XIV aparece otra modalidad penitencial: el Vía Crucis o Camino de la Cruz. Se trata de realizar un camino devocional en el que se reconstruye y conmemora la Pasión de Cristo, fundándose también hermandades o cofradías para ello. Con el tiempo, se asociarán éstas últimas con las compañías de dipenitentessciplinantes, llegando en esta situación hasta el Concilio de Trento (1545-1564), que trazará las normas y reglas de penitencia pública y culto a las imágenes, además de mostrar las pautas para los desfiles procesionales, así como la trayectoria futura de las cofradías.

A finales del siglo XVI se fundó la primera compañía (así se denominaba) penitencial de León: Nuestra Señora de las Angustias y Soledad. En el siglo XVII, en 1611, nació la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y un siglo más tarde, la cofradía que actualmente se denomina Real Cofradía de Minerva y Vera Cruz, fruto de la unión de una serie de hermandades a través de los años, algunas de principios del XVI, y que desde 1996 posee el título de “Real Cofradía” otorgado por D. Juan Carlos I, siendo la única en León que goza de la citada distinción.

Por esta tierra, a estos hombres que en otros lugares son nazarenos, cofrades, penitentes, etc., se les denomina: “papón”. El origen de la palabra y su asociación a los miembros de una cofradía resulta confusa, aunque se puede aportar una hipótesis razonable a la cuestión.

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Todas estas primeras hermandades eligen el color negro para sus túnicas. Un color que inspira muerte, dramatismo, dolor. Es propio de los hábitos, reflejo de un espíritu devoto que infunde recogimiento y es netamente penitencial, situando a quien lo porta en predisposición para afrontar y conmemorar la Pasión y Muerte de Jesucristo.

En sus inicios, e incluso a principios del s. XX, los desfiles penitenciales eran muy diferentes a como hoy los conocemos. La mayoría se realizaban de noche, sin apenas alumbrado público, salvo los escasos candiles existentes en alguna encrucijada. Eran procesiones envueltas en la penumbra, únicamente alimentadas por la llama temblorosa de los cirios de los penitentes o la que algún vecino colgaba de su balcón al paso de la cofradía.

En este baile de luces y sombras por las estrechas y viejas calles del León medieval, el desfile de los cofrades encapuchados, vestidos con sus túnicas negras y en absoluto silencio, resultaría tétrico. El espectáculo del desfile y la visión temible de aquellos hombres, provoCapturar-1có que los vecinos de la ciudad, en algún momento, les otorgaran una nueva denominación: “papón”, como sinónimo de espectro o aparición que asusta y aterroriza a los niños.

Si el apelativo de “papón” de los cofrades leoneses tiene ya algunos siglos, el tradicional consumo de limonada durante las fechas de Semana Santa no le va a la zaga. León siempre tuvo una importante y culta judería, siendo cuna, como hemos visto en otros momentos, del universal Moisés de León, intelectual y autor del Séfer ha-Zóhar, el “Libro del Esplendor”, uno de los grandes libros de la Humanidad.

La judería leonesa fue declinando con el paso del tiempo debido a los decretos de expulsión. Así todo, fueron muchos los judíos que se quedaron en la ciudad a pesar de la permanente aptitud de revancha, envidia y codicia cristiana. La conmemoración de la Semana Santa y los repetidos e intolerantes sermones en aquellos días, que no dejaban de apuntar a los judíos como únicos culpables de la Pasión y Muerte de Cristo, espoleaban y encandilaban a los cristianos que buscaban vengarse de los hebreos.

Durante muchos años el barrio judío de Santa Ana y sus aledaños, sufrió la ira de los cristianos durante la Semana Santa, produciéndose muchas muertes de hebreos por cuadrillas de ebrios y exaltados leoneses. Las autoridades, conocedoras de las circunstancias, llegaron a prohibir en aquellos días la venta de vino, si bien autorizaban servirlo mezclado convenientemente con agua, azúcar y limón, lo que rebajaba considerablemente sus grados y, consecuentemente, los efectos en los resentidos cristianos.

limonada Las bandas justicieras de fanáticos leoneses, en su camino por las calles Matasiete, Misericordia o Santa Cruz hacia el barrio hebreo de Santa Ana en busca de judíos noctámbulos a los que apalear, se detenían en las tabernas que encontraban a su paso para envalentonarse con una jarra de vino. Con la prohibición vigente, únicamente encontraban limonada, que aplacaba la euforia del momento y permitía que algún que otro judío encontrase refugio seguro, salvándose de los crispados vecinos.

La tradición permanece. Por supuesto no es aquella cruenta que terminaba con hombres heridos o muertos. La costumbre de beber limonada durante los días que duraba la celebración de la Pasión y Muerte de Jesucristo, que atemperaba en parte la actitud belicosa de los cristianos contra sus vecinos judíos, conserva actualmente su ancestral denominación: “matar judíos”.

A pesar de lo poco apropiado de la expresión, la práctica de consumir limonada, antes o después de presenciar los magníficos desfiles procesionales que protagonizan nuestros papones, se ha convertido en una inocua e incruenta tradición gastronómica de la Semana Santa leonesa que merece la pena conocer y degustar.


- La Morenica (Dolorosa).
- VIDEO YouTube:
Ronda. Dulce Nombre de Jesús Nazareno. Madrugada, Viernes Santo (León). pepejavi.
-
El Encuentro. Procesión de los pasos. Viernes Santo Plaza Mayor de León.
-
Procesión de disciplinantes atacada por D. Quijote. Antonio Pérez Rubio.
-
Procesión de disciplinantes. Francisco de Goya.
- Papones. Dulce Nombre de Jesús Nazareno.
-
Cristo ante Caifás. Gerrit van Honthorst.
- Limonada tradicional.

SELLO PARA FIRMA ARTÍCULO

11 comentarios:

Mara dijo...

Siempre es un placer leerte y aprender a la vez. Seguiremos la tradición de "matar judíos" incruentamente por supuesto. ¡Feliz Semana Santa!

La utopía de Irma dijo...

Totalmente de acuerdo con Mara en todo y en eso de "matar judíos" más aun.

Un abrazo para los dos, Irma.-

León SUFRE dijo...

Muy interesante la entrada.
Salud!

fonsado dijo...

Mara: No lo dudes. "Caerá" alguna que otra limonada en estos días. Gracias Mara, yo también deseo que lo pases bien.

fonsado dijo...

Irma: Gracias Irma. Deseo que disfrutes estos días y que, como dices, sigamos nuestras tradiciones y traseguemos algún que otro vaso ¿?.
Abrazos.

León S.: Gracias por el comentario. ¡Buena Semana Santa!
Saludos.

Leodegundia dijo...

Magnífica tu entrada sobre la Semana Santa leonesa. Aprendí un montón de cosas que no conocía y con tu explicación clara y bien escrita casi parecía que hubiese presenciado una de aquellas procesiones de antaño con la toma de limonada incluida.
Buen fin de semana y vacaciones si es que las tienes.

fonsado dijo...

Leo: Ahora solo te falta darte una vuelta por aquí en Semana Santa, y si te gusta la limonada ... perfecto.
Un abrazo.

María dijo...

Semana Santa, todo un ritual de procesiones, papones... pues eso, FONSADO, a "matar judios" con unas limonadas.
Un abrazo. IoI.

fonsado dijo...

María: Con seguridad mañana comenzará la "matanza" a base de limonadas por el Húmedo.
Gracias y abrazos. Lol.

Carlitosbrauw dijo...

He oído en alguna emisora de difusión nacional (Onda Cero) que nos han tachado de .... por la tradición de beber limonada en estas fechas, empleando una denominación ¿cavernícola? y fuera de lugar. Es más, lo han considerado normal, siendo la "tierra" de Zapatero. ¡Pero que simpático!
Creo que las tradiciones son eso, sucesos, hechos, efemérides, que el pueblo conserva a través de siglos y debe sentirse orgulloso de ello, aunque también es verdad, que hay que moderar, en algunas, sobre todo si existe crueldad,su contenido.
En esa cadena nacional, por ejemplo, se defiende y se promociona la "fiesta nacional" taurina.
¿Como se puede juzgar y reírse desde esa emisora, simplemente de una tradición medieval que, por supuesto, solo conservar la denominación y es cien por cien una fiesta incruenta, gastronómica e e inofensiva?
El "fenómeno" parlante que se las da de SUPER-economista, diciendo (con gracia) estas cosas, lo que demuestra es que es un SUPER ....

fonsado dijo...

Son riesgos que hay que asumir. A veces no tienen nada que decir y se critica lo primero que le cuentan
Estoy convencido, que ni conoce la tradición, ni su contenido y, mucho menos, de que se trata.
Como dices, se creen "estrellas" y que todo lo que dicen es único y excelente.
Gracias por aportar esa información y el comentario.
Saludos.