"Alexander the Great". Vangelis.
Quizá sea Alejandro Magno una de las figuras más seductoras de la Historia. Desde Macedonia y a la edad de 20 años, el joven monarca heleno dirigió sus expediciones militares hacia Oriente, conquistando el mayor imperio conocido hasta el momento: desde los Balcanes hasta el Indo, desde el norte de Afganistán, hasta el sur de Egipto.
Según el historiador Diodoro de Sicilia (s. I aC.), Alejandro planeaba la construcción en distintos puertos: Fenicia, Siria y Chipre, de centenares de barcos de guerra y trasporte para una futura expedición hacia las Columnas de Hércules, con el fin de conquistar el norte de África, Sicilia, costas itálicas y, por supuesto, Iberia. La intención era aunar Oriente y Occidente en una sola cultura. Según el historiador francés Méchin, ese sueño “universal” surgió en la llanura de Hekatompylos, mientras Alejandro contemplaba el cadáver de Darío III, el último rey de los persas.
Los planes se frustraron tras su prematura muerte en Babilonia a los 33 años, el 30 de junio del 323 aC. No obstante, el rey macedonio se convirtió en uno de los mayores iconos militares y culturales de Oriente, pero también de Occidente. Una figura que, junto a su legado, marcará una época de extraordinario progreso e intercambio que, de alguna manera, sigue valorándose y estando presente después de más de 2200 años. En esta permanente “conquista cultural” a través de los siglos, Alejandro se interna en el occidente europeo. Evidentemente no estuvo en la Península, pero su presencia se hizo patente y llegó con fuerza hasta el reino medieval más occidental del continente: el Reino de León.
A principios del siglo XIII, se estima entre el 1202 y 1207, el monje leonés Juan Lorenzo Segura realiza una de las obras más representativa y trascendente de la literatura española: el “Libro de Alexandre”. El poema narra la vida del gran Alejandro, desde su nacimiento, infancia y juventud hasta su muerte. Pero también hace hincapié en su importante formación, el inicio de su reinado, las conquistas persas y su estancia en la India.
A pesar de la existencia de otras opiniones sobre la elaboración de la obra, que tratan de justificar y acercar el texto a la “tradicional cuna” del castellano, la opción de la autoría leonesa está avalada entre otros por Tomás Antonio Sánchez, Emil Gessner y Joan Corominas, además de Ramón Rodríguez Pidal, quien asegura, en un profundo estudio, que el dialecto leonés se encuentra permanentemente en la obra.
De esta manera, en la ciudad de León se realizarán los primeros balbuceos escritos del español con el rey macedonio como protagonista. Y es que el "español", como recientemente ha declarado Inés Fernández Ordoñez, catedrática de Lengua Española de la Complutense, experta en dialectología histórica y, desde hace unos días, miembro de la RAE, es un crisol de rasgos leoneses, aragoneses, portugueses y catalanes. No debe identificarse exclusivamente con la lengua de Castilla, error promovido por las influyentes ideas de la generación del 98 y de la historiografía liberal decimonónica, que atribuían únicamente a Castilla la “formación” de España. Esta ideología, que todavía hoy se mantiene en parte, ignoró e ignora, torpe o interesadamente, la trascendencia y protagonismo decisivo en la cultura, historia y lengua actuales, de los anteriores y periféricos reinos y sociedades existentes en la Península anteriores a la existencia del condado de Castilla.
A través del "Libro de Alexandre" conocemos detalles de la personalidad del monje leonés y de los valores y código moral del Reino de León a principios del siglo XIII. Integrado en la sociedad leonesa de la época, Juan Lorenzo Segura era un hombre culto, lector y conocedor de textos en latín y francés, que ensalza y subraya en el poema el orgullo y la valentía del guerrero, la fidelidad al señor, el rechazo de la deslealtad y la cobardía, la piedad religiosa y el temor de los pecados.
El libro marca el punto de partida de la narrativa española, siendo parte trascendental de las primeras manifestaciones de nuestra literatura. Pero además, el clérigo, en las dos primeras coplas o estrofas del poema, define y diferencia las dos “escuelas” existentes en la época y que están plenamente vigentes en el estudio actual de nuestra lengua escrita: Mester de Juglaría y Mester de Clerecía (“mester” = oficio). Así se expresa el fraile leonés al inicio del libro:
Señores, se quisieredes mio serviçio prender,
querríavos de grado servir de mio mester;
deve de lo que sabe omne largo seer ,
se non podrié en culpa o en yerro caer.
Mester traygo fermoso, non es de joglaría,
mester es sen pecado, ca es de clereçía,
fablar curso rimado por la cuaderna vía,
a sýlabas contadas, que es grant maestría (…).
El poema fue escrito para entretenimiento de la corte mediante su lectura, además de servir de enseñanza moral para los príncipes. De esta manera, la vida y hazañas de Alejandro Magno “conquistarán” la corte de Alfonso IX de León en los inicios del siglo XIII, educando y distrayendo a ilustres y nobles, así como, con seguridad, a alguno de los diecinueve hijos del monarca leonés, entre ellos posiblemente a su sucesor: Fernando III.
Esta antigua y prácticamente desconocida “presencia” de Alejandro en León, ha cobrado un nuevo impulso y relevancia excepcional desde marzo de 2009, gracias a la instalación e inauguración en la ciudad del Instituto Bíblico y Oriental, curiosamente situado en dependencias de la Basílica de San Isidoro, panteón que fue de los reyes leoneses. Otro clérigo natural de León, Jesús García Recio, será el "responsable" de la "vuelta" de Alejandro Magno a la ciudad después de 800 años.
El Instituto y su Museo cuentan con los fondos bibliográficos y museísticos únicos en el mundo, del asiriólogo holandés J. Van Dijk, que lega su inigualable colección de documentos arqueológicos y epigráficos orientales (1000 piezas y 10000 volúmenes) a su discípulo, el sacerdote leonés experto en culturas semíticas, Jesús García Recio que, después de enormes esfuerzos y contrariedades, consigue la financiación adecuada para la instalación permanente de los fondos en León. En la colección se pueden encontrar piezas arqueológicas del 7000 aC., pero, sobre todo, multitud de textos arcaicos cuneiformes que desarrollan los primeros sistemas de escritura y ciencia. Con estos valiosísimos fondos, el Instituto se convierte en lugar de obligada visita para historiadores y estudiosos de los textos más antiguos de la humanidad.
Junto a Jesús García, otro apasionado de la cultura oriental, arabista y egiptólogo, participará con entusiasmo en esta empresa. Se trata de Francisco Antonovich, español nacido en el Cairo, historiador del arte, anticuario, coleccionista, arqueólogo, director de varios museos en Francia, … un entusiasta del Oriente y profundo conocedor del Helenismo, que ha puesto a disposición del Instituto Bíblico y Oriental su colección de piezas y documentos: biblias antiguas, objetos de culto egipcios, sarcófagos hebreos y egipcios, textos sumerios, fenicios, siríacos, ugaríticos, manuscritos cristianos-coptos, copias de evangelios, etc. Pero Francisco Antonovich, además de ser uno de los grandes expertos mundiales sobre Alejandro Magno y su cultura, es poseedor de la mejor colección privada existente sobre monarca macedonio y el mundo helenístico.
El 11 de marzo de 2009, la reina de España inauguró oficialmente el Instituto Bíblico y Oriental, que engloba el Museo y la Biblioteca Oriental, en una curiosa y exclusiva ceremonia en la que se empleó un "clavo fundacional" sumerio que puede verse en el Museo. El mismo día, con la colección Antonovich como protagonista, se inauguró asimismo una exposición bajo el título de: “El itinerario religioso de Alejandro Magno”. En ella se realiza un recorrido por los aspectos religiosos del rey heleno, profundamente influido por la religión, que gustaba venerar a los dioses de cada lugar o región conquistada.
Las piezas mostradas representan un amplio abanico en tiempo, procedencia y cultura: desde los días de Filipo de Macedonia y Alejandro, hasta el posterior mundo helenístico; desde Roma hasta la India, desde las representaciones del rey como dios Ganesh (hindú), hasta imágenes del monarca con profunda influencia cristiana.
Bajorrelieves, estatuillas de mármol y bronce, camafeos, vasos de liturgia báquica, monedas, cálices, … varios bustos de Alejandro helenísticos y de época romana, uno como Dios Sol. Diversas esculturas del monarca, en una de ellas revestido con las escamas de Medusa, una talla de la que solo existe otra en el mundo expuesta en el Louvre, pero de menor tamaño; una diadema real de oro y distintos discos del mismo material con los rayos típicos del reino macedónico, correspondiente a la época de Filipo. También importantes tallas de objetos del arte Gandhara, joyas, piezas de plata, las bellas monedas de Afganistán, etc. Toda una imponente y única muestra sobre el héroe heleno.
Hace unos días se ha confirmado la buena noticia. Venía difundiéndose el rumor de que la exposición podría quedarse permanentemente en la ciudad y, felizmente, el pasado mes de febrero, Francisco Antonovich ha comunicado la cesión de su colección sobre Alejandro Magno y el Helenismo de más de 300 piezas al Instituto Bíblico y Oriental, en definitiva a la ciudad de León, que se convierte de esta manera en obligada referencia nacional e internacional de la cultura helenística. Ocho siglos después Alejandro Magno vuelve a "conquistar" León y esta vez, supuestamente, para quedarse.
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- MÚSICA: YouTube - maryoik: Banda sonora de "Alexander". Vangelis.
- Alejandro Magno. Museos Capitolinos, Roma.
- Reconstrucción del mosaico "Batalla de Issos". Pompeya.
- "Alejandro y Poros" (detalle). Charles le Brun.
- "Alejandro y Poros". Charles le Brun.
- "Libro de Alexandre". Biblioteca Nacional. Madrid.
- "Cantigas de Santa María" (detalle). Alfonso X.
- Alfonso IX. Miniatura Tumbo A de la Catedral de Santiago.
- Entrada al IBO y exposición sobre Alejandro. Basílica de San Isidoro de León.
- Inauguración. La reina Sofía, a la derecha Jesús Recio, a su izquierda Antonovich.
- Varias piezas de la exposición.
- Alejandro Magno. Medallón en la fachada de San Marcos de León.
- Muchas de las referencias, imágenes y videos se encuentran en Internet dándose debida cuenta de su origen, no obstante, serán retiradas si así se solicita.