domingo, 19 de abril de 2009

Guerra de la Independencia. León y el 24 de abril.


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Ante la cercanía del 24 de abril, nuevamente vuelven las discrepancias y discusiones sobre si ese día de 1808, la ciudad de León se manifestó contundentemente contra la presencia militar francesa en la Península.

Las tropas francesas, al mando del mariscal Bessières, no llegan a León hasta el 26 de julio de 1808. La noche del 18 de julio la Junta leonesa sale de la ciudad y es el polémico obispo D. Pedro Luís Blanco, única persona de representación pública, quién negoció la capitulación con el mariscal francés, consiguiendo unas aceptables condiciones.
En tres días se formó un nuevo Ayuntamiento con leoneses adeptos a la causa francesa, y en el acta del día 30 de julio la nueva corporación jura fidelidad al nuevo rey José Bonaparte, proclamado por Napoleón tras las abdicaciones de Bayona el 5 de mayo:

“... Y en su vista deseando el Ayuntamiento complacer en todo y en cuanto esté de su parte a dicho Excmo. señor Mariscal Bessières acordó … prestar obediencia, y fidelidad a S.M. Catholica el Sr. Dn. Joseph Napoleón primero y reconocerle por su Rey y Señor en nombre del Común de vecinos de esta Ciudad, su Provincia y Reino, y que llegue noticia de todos este solemne Acto, se publicase por bando … “.

Poco duró esta primera estancia de las fuerzas ocupantes, porque siete días después, concretamente el 1 de agosto, se ven obligados a abandonar la población como consecuencia de la amenaza militar que, desde el sur y tras la victoria española en Bailén ocurrida el 19 de julio, presiona sobre la ocupación francesa existente en el norte peninsular, imponiendo su repliegue.


Desde comienzos del año 1808 la sociedad española está convulsa. En una inmensa mayoría de pueblos y ciudades se producen actos de solidaridad, patriotismo, revueltas ciudadanas, etc., que desembocan en los acontecimientos definitivos del 2 de mayo en Madrid. 
El disturbio más importante lo protagoniza el Conde de Montijo, que consiguió reunir en torno al Príncipe de Asturias a la mayoría de los nobles, y en la noche del 17 al 18 de marzo de 1808 amotinó a los habitantes de Aranjuez y de otros pueblos cercanos, para que acudieran al Real Sitio a “defender” al Rey. La revuelta, conocida como Motín de Aranjuez, tiene como resultado la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando y la posterior detención de Godoy. A raíz de aquel suceso, se producen algaradas en varios puntos de la Península.

En el acta municipal del Ayuntmiento de León correspondiente al 1 de abril de 1808, se da cuenta de los acontecimientos referentes a la renuncia de Carlos IV y de la subida al trono de Fernando VII, pero también se hace cumplida referencia a la revuelta ocurrida en la ciudad el 28 de marzo de1808 y que es conocida popularmente como “motín de la hogaza”.
El acta relata minuciosamente como los leoneses, conocedores de la detención de Godoy unos días antes en Aranjuez, se concentran ante la residencia del Comisionado Regio, D. Felipe Sierra y Pambley, para demandarle que arroje a la calle el retrato de Godoy con el fin de arrastrarlo por las calles y quemarlo. En la misma revuelta, exigen la supresión de la nueva e impopular tasa sobre el vino, de la que se decía que había sido impuesta por el favorito. El Comisionado se negó a las exigencias de los alborotadores y, en vez del retrato de Godoy, lanzó a los amotinados desde una ventana una hogaza de pan. Esto ocurría en la ciudad el 28 de marzo.
Esta pequeña revolución popular que se produce contra la persona y gobierno del favorito del ahora depuesto Carlos IV, si podría considerarse una oposición a la presencia francesa en España, ya que la estrategia seguida en su momento por Godoy con respecto a Francia, tuvo como consecuencia la ocupación militar del territorio español y, de alguna manera, el pueblo leonés manifestó su desacuerdo y repulsa contra el gobierno y la estrategia política de Manuel Godoy.
Sin embargo, la fecha que suscita grandes controversias y la que es considerada por diversos sectores como la sublevación u oposición de la ciudad de León a la presencia francesa, el 24 de abril de 1808, no contiene ninguna evocación contra la ocupación, a pesar de ser uno de los días importantes en la vida política de la ciudad de León.
Prueba de ello, es que los franceses todavía no han llegado a la ciudad, como ya hemos comentado, pero, sobre todo, lo que se invoca y demanda aquel día durante la algarada popular, es el apoyo al nuevo monarca Fernando VII. Para confirmar lo expuesto, acudimos al acta municipal de ese día que refiere dos sucesos importantes. 


En primer lugar, se da conocer al pueblo de León la Real Orden de Fernando VII del 12 del mismo mes, expedida en Burgos, mientras el monarca se encaminaba a la frontera francesa para entrevistarse con Napoleón, por la que el Rey solicita que se hagan rogativas públicas para conseguir el mejor gobierno para el País. En segundo lugar, el Ayuntamiento hace saber a S.M. Fernando VII los incidentes ocurridos esa mañana a favor de su persona:
“A las 10 de la mañana de ese día (24 de abril), ora en que recibe la ciudad el correo xeneral, empezó a trascender la noticia de que en esa vuestra Villa y Corte intentaron algunos malvados el día 20 del presente mes publicar edictos revolucionarios contra el sagrado gobierno que autoriza a Vuestra Digna Persona ... Los repetidos conductos por donde se comunicó dicha noticia a diferentes sujetos en esta Ciudad, ocasionaron a un tiempo mismo, no sólo el que no se dudase de su aserto, sino el que se llegase a vulgarizar entre todos los ciudadanos ... En tal supuesto, agitados, señor, todos los ánimos de estos fieles ciudadanos que no ceden en su amor y lealtad acendrada hacia vuestra Real Persona, ... juntándose en numerosos corrillos a cotejar sus pálidos semblantes, a la primera insinuación de un compatriota fiel repitieron millones de ecos: ¡Viva Nuestro amado Rey Fernando VII, mueran los conspiradores! ... de tal manera, Señor, se desplegaron las Quadrillas de vecinos de todas clases por las calles y por las plazas repitiendo entre incesantes alaridos y demostraciones emprendedoras ¡Viva el Rey, mueran los malvados!...”.
De lo manifestado en el acta, se desprende que los orígenes de la revuelta popular en la ciudad leonesa se encuentran en la noticia recibida aquella misma mañana, en la que se cuenta que el día 20 dos agentes franceses intentaron imprimir una proclama en Madrid a favor del abdicado Carlos IV (18 de marzo de 1.808) y en contra de su hijo y nuevo rey Fernando VII, originando una revuelta en la capital del Reino.

Tras comentarse la noticia, se fueron concentrando los vecinos animados por “patriotas”, entre otros, como bien se conoce, D. Luis de Sosa Tovar, que acabaron exigiendo en el Ayuntamiento los pendones de la ciudad para mostrar su fidelidad a Fernando VII, que en aquellos momentos no estaba en contra de la ocupación francesa, sino, más bien, trataba de entrevistarse y negociar con Napoleón su permanencia en el trono, manteniendo la situación de aliado y, por ende, la ocupación militar del territorio español.


* Mariscal Jean Baptiste Bessières.
* Regimiento de Infantería Fijo de Ceuta, en el frente de Bailén. Augusto Ferrer Dalmau.
* Proclamación de Fernando VII en Aranjuez.
* Don Felipe Sierra Pambley, Comisionado Real.
* Fernando VII. Francisco de Goya.
* Don Luis de Sosa Tovar.
* León sobre águila. Monumento a la victoria sobre las tropas francesas. Astorga.
* Oficiales británicos prisioneros en Astorga. Museo de Versalles.


10 comentarios:

Leodegundia dijo...

Fernando VII al que llamaron "El deseado" creo que fue el rey menos valioso para este país y el más desagradecido con las gentes que tanto lucharon por colocarlo en el trono.
Nunca entendí como hubo gente que se puso al lado de los franceses y estaban encantados con la invasión. Bien es verdad que no era la primera vez que algo así sucedía no hay que olvidar, aunque nos traslademos lejos en el tiempo, como entraron los árabes en España.
Buen artículo.

América dijo...

EXCELENTE ARTICULO AUNQUE SUENE REPETITIVO,LO HE LEIDO CON ATENCION E INTERES,LA HISTORIA PUEDE LLEGAR COMO EN ESTE CASO,AMENA,SENCILLA APOYADA EN IMAGENES PARA QUIENE ESTAMOS MUY LEJOS DE LOS HECHOS EN TODOS LOS SENTIDOS,SI LAS IMAGENES ESTAN IDENTIFICADAS POR ORDEN DE APARICION " Regimiento de Infantería de Línea Jaén, en el frente de Bailén" ME PARECE ESPECTACULAR,SU AUTOR ESTABA EN EL LUGAR DE LOS HECHOS??????

SALUDOS CORDIALES COMO SIEMORE Y UN GRAN ABRAZO.

Anónimo dijo...

Tanto un día como el otro, no parecen que sirvan para esa "carrera nacional", tan de moda, de quien lo hizo primero.

fonsado dijo...

Leo. Hay situaciones que son imposible explicar desde nuestro contexto actual. Pero tienes razón, Fernando VII, es "lo peor" que nos pudo pasar.

América. Gracias por leer y comentar sucesos tan lejanos y desconocidos para tí. Un cuadro espectacular, para una victoria
épica.
Un compatriota tuyo, el poeta Andrés Bello, realizó la siguiente composición sobre el suceso:

A la Batalla de Bailén

Rompe el león soberbio la cadena
con que atarle pensó la felonía,
y sacude con noble bizarría
sobre el robusto cuello la melena.

La espuma del furor sus labios llena,
y a los rugidos que indignado envía,
el tigre tiembla en la caverna umbría,
y todo el bosque atónito resuena.

El león despertó; ¡temblad, traidores!,
lo que vejez creíste, fue descanso;
las juveniles fuerzas guarda enteras.

Perseguid, alevosos cazadores,
a la tímida liebre, al ciervo manso;
¡no insultéis al monarca de las fieras!

fonsado dijo...

América.

Se me olvidó comentar, que el óleo es del extraordinario pintor militarista, Augusto Ferrer-Dalmau.
El cuadro describe una de las últimas acciones de la batalla de Bailén. Junto al Regimiento y de azul, artilleros españoles. En el centro y a caballo un coronel de artillería española a caballo. Junto a ellos, dragones y coraceros muertos y heridos en un ataque anterior (hubo tres contra el centro español).
Al fondo los franceses se aproximan a la línea española en su último ataque a la desesperada que fue mandado por el propio mariscal Dupont, el cual resultaría herido. A lo lejos se distinguen a la izquierda, de azul, los marinos de la Guardia Imperial, última reserva y fuerza de élite de Dupont, y por último a la derecha, con manchas blancas, infantería regular.
Abrazos América.

CarlitosBraun dijo...

Pero, ¿y todos esas celebraciones que hemos leído en los periódicos por parte de políticos y asociaciones, defendiendo el protagonismo de León contra la ocupación francesa?
¿Cómo puede existir esas controversias históricas?

América dijo...

FONSADO.
TU RESPUESTA ES UN POST PRACTICAMENTE PERO QUE INTERESANTE!ME HA QUEDADO CLARO Y DE UNA MANERA SENCILLA Y AMENA,LA DESCRIPCION ME HA LLEVADO A VER LA IMAGENES MEJOR Y PRESTAR ATENCION DONDE NO HABIA VISTO!....GRACIAS A SIDO UN GUSTAZO QUE MERECE UN ABRAZO MAS AJAJAJA!

fonsado dijo...

Carlitos. En los acontecimientos que sucedieron en León el 24 de abril, no existe ninguna manifestación contra la presencia francesa, ninguna.
De acuerdo en que son manifestaciones patrióticas, pero en contra del involucionismo que algunos pretendían con la vuelta de Carlos IV y su favorito. Los actos de León son únicamente de apoyo al nuevo rey Fernando VII, que en aquellos días seguía "coqueteando" con Napoleón con el fin de conseguir su apoyo para mantener el trono, permitiendo la presencia de las tropas francesas en la Península. En ningún momento dio instrucciones para las sublevaciones populares.

América. Después de los sudores de la batalla, yo te envío otro.

Susana Peiró dijo...

Soy alumna libre en tu clase de Historia, Amigo.

Después de estos acontecimientos viene la derrota en Navas de Tolosa y Andalucía cae en poder de Napoleón. ¿Toda la casa real estaba prisionera en Francia?

Este capítulo de la historia española está muy inserto también en la historia argentina, porque los hechos gravitan fuertemente en la Revolución de Mayo de 1810. El entonces Virrey Cisneros, al conocer la caída de Andalucía, expresó públicamente su pesimismo sobre el futuro de España.

Muchos historiadores sostienen que gracias a Napoleón, se produjo la revolución en nuestras tierras. (Creo que las intrigas de la infanta Carlota también aportaron algún grano de arena)

Muchas Gracias Amigo!

Un abrazo!

fonsado dijo...

Más tarde o temprano la independencia americana no tenía vuelta atrás.
La debilidad española durante la invasión napoleónica, no hizo más que precipitar los levantamientos en el continente algunos años antes.
Un saludo Susana.