El campamento de la Legio VII se situaba sobre el suave altozano existente en el interfluvio de los ríos Torío y Bernesga, cuyo nivel más alto se encuentra en la actual Plaza de Regla, prolongándose en dirección a Puerta Castillo y cayendo suavemente hacia la Plaza Mayor. El mayor desnivel, entre 10-15 metros más bajo, se localiza en el lado oeste, donde se levanta el Palacio de los Guzmanes.
El asentamiento legionario es un recinto rectangular de 570 x 350 m. (aproximadamente 20 Ha.), con el ángulo sureste ligeramente deformado y el resto redondeados, en el que se abren cuatro puertas situadas una en cada lienzo de la muralla: la porta praetoria al sur, la porta decumana al norte, la porta principalis sinistra al este y la porta principalis dextra al oeste.
Existían calles o vías importantes que cruzaban el campamento. Desde la porta decumana, en la muralla norte, partía hacia el interior la vía del mismo nombre (A); la vía principalis (C) atravesaba el recinto de oeste a este uniendo las dos puertas situadas en esos puntos, y la vía praetoria (D), trazado que se dirigía perpendicularmente desde la vía principalis a enlazar con la porta praetoria, en el lienzo sur.
En el interior del campamento leonés, la disposición interna de las construcciones se aglutinan en tres grandes zonas convencionales para este tipo de asentamientos militares. En el norte, la retentura, parte del campamento situada detrás del área central, concretamente entre la vía quintana (B) que trascurría de este a oeste (dividía el lugar ocupado por el 5º y 6º manípulo), y la muralla norte. La retentura era atravesada de norte a sur por la vía decumana, que partía de la puerta de su mismo nombre y la dividía en dos. Esta área estaría ocupada por barracones militares, almacenes, graneros, establos, fábrica, etc.
El lado meridional del campamento, entre la vía principalis y el lienzo de la muralla sur, corresponde a la praetentura, denominada así por situarse delante de la zona principal del recinto. Esta área campamental, se encuentra dividida de norte a sur por la vía praetoria y donde, entre las construcciones existentes, predominarían los barracones militares dispuestos perpendicularmente a la vía principalis.
Los latera praetorii, es el área central del campamento formado por las construcciones erigidas entre la vía quintana al norte y la vía principalis al sur. En su extremo oriental, delimitadas por la muralla y esta última vía, se ubicarían las termas del campamento; en el lado oeste, y teniendo como frente también la vía principalis, se encontraría el praetorium, la residencia del comandante de la legión. En los latera praetorii se ubicarían asimismo, las residencias de los tribunos, el valetudinarium, y en el centro, el edificio principal, el cuartel general de la legión: los principia.
Aunque son muy numerosas las excavaciones realizadas dentro del recinto, y poco a poco se va ejecutando el trazado y la disposición interior del campamento, los hallazgos hasta el momento carecen de un especial realce, si exceptuamos la porta principalis sinistra, la salida por el este del campamento, construcción monumental con dos puertas y dos torres realizada con grandes sillares (parecida a la de la imagen). Sin embargo, excavaciones arqueológicas recientes en un solar de la calle San Pelayo han sacado a la luz los principia del campamento de la Legio VII Gemina, restos arqueológicos únicos que, aún hoy, no conocen su futuro.
Si bien existen algunos indicios de arquitectura militar romana en pequeños destacamentos de Zamora, Galicia o Astorga, hasta el momento no existe en toda la Península ningún yacimiento de la categoría e importancia del hallado en León, resultando difícil que surja otro semejante al ser la Legio VII, a partir del año 74 dC., la única legión que durante más de tres siglos tuvo asentamiento permanente en Hispania. Por ello, su valor arqueológico resulta excepcional, no solo para la ciudad de León o para España, sino para el resto del mundo donde son escasos los descubrimientos del mismo tipo.
Según los trabajos e hipótesis realizadas por los arqueólogos sobre el yacimiento, el área excavada, aproximadamente 700 m2, correspondería a un 10% de la superficie total del recinto que ocuparía alrededor de unos 7.000 m2, siempre teniendo en cuenta similares superficies en otros campamentos con capacidad de albergar una legión al completo: Neuss en Alemania o Mirabeau en Francia.
Curiosamente, esos metros de la zona estudiada es parte del área posterior del edificio, el aedes signorum, el lugar sagrado o santuario, donde se encontraría el centro de culto con las representaciones de dioses y emperadores, el tesoro o la caja, con la que hacer frente a los gastos y al pago de la tropa y, por su puesto, el águila y el resto de símbolos y enseñas de la legión.
En opinión de los expertos, son tres las pruebas o argumentos principales que avalan que nos hallamos ante los principia de la Legio VII: el tipo de sillería empleada de aparejo regular, la epigrafía encontrada, entre la que destaca una inscripción dedicada al emperador Antonino Pío y que, como ya se ha comentado, era la zona en que se elevaban altares y estatuas a los emperadores. Por último y muy importante, su situación, que coincide con el patrón de construcción de los campamentos legionarios, ubicándose, como es el caso, en el cruce de las dos calles más importantes del recinto: la vía principalis y la vía praetoria.
Esta ubicación, aunque se desconocen con certeza sus límites por el este y oeste, si bien por el oeste se han documentado en la calle Dámaso Merino restos de un muro de sillería y de un pórtico con columnas, quedaría limitada por el sur con la actual Calle Ancha (vía principalis), y por el norte, con la propia excavación. Este espacio descrito, sobrepasaría con creces los 7.000 m2 señalados, lo que hace pensar que, entre la portada de los principia y la vía principalis, pudiera existir una pequeña explanada con el fin de realizar paradas militares o recibir arengas del comandante.
Todo indica que los hallazgos corresponden al cuartel general y centro sagrado de la Legio VII Gemina, el centro neurálgico de la capital militar de Hispania a principios de nuestra Era; por ello, resulta inexplicable la aptitud y la conducta de los responsables del patrimonio. No podemos entender su falta de claridad, de interés y de celeridad en valorar el yacimiento y ofrecer una solución positiva para su conservación; tampoco comprendemos que no se tomen urgentemente las medidas precisas para salvaguardar los restos, más aún, nunca entenderemos que gracias o por obra de ellos, en un futuro los principia puedan ser destruidos u ocupado su solar por un edificio.
En este asunto, no pueden privar intereses particulares, ni pugnas políticas, ni, como ha venido ocurriendo, disputas u opiniones encontradas entre algunos profesionales de la arqueología. El solar ocupado por los principia del campamento de la Legio VII, debe continuar siendo un espacio "sagrado" para la ciudad, visitable, abierto a todos, que pueda ser valorado y admirado como el lugar, el corazón de la ciudad de León, desde el cual se dirigió durante varios siglos el gobierno militar de la ciudad y de toda la Hispania Romana.