lunes, 25 de febrero de 2008

La Red de Juderías de España y el proyecto de museo judío en Puente Castro

Desde que en el año 2003, la ciudad de León pasó a formar parte de la Red de Juderías de España, la capital está llevando una lenta, pero continua, recuperación de su pasado judío.

La Red de Juderías de España se instituyó hace ya doce años por iniciativa de la ciudad de Gerona y la villa cacereña de Hervás, siendo una sociedad pública que tiene como objetivo primordial la defensa y divulgación del patrimonio arquitectónico, urbanístico, histórico, artístico y cultural del legado sefardí en España. Está formada, además de León, por las ciudades de Ávila, Barcelona, Besalú, Cáceres, Calahorra, Córdoba, Estella, Girona, Hervás, Jaén, León, Monforte de Lemos, Oviedo, Palma de Mallorca, Plasencia, Ribadavia, Segovia, Tarazona, Toledo, Tortosa y Tudela.


Durante la XXVª Asamblea General de la Red de Juderías de España, celebrada el pasado mes de diciembre en Jaén, y en la que se hizo balance de las actividades realizadas durante 2.007, se fijaron los proyectos para el nuevo año y se transfirió, para los próximos seis meses, la Presidencia de la asociación a la ciudad de León.


Durante este primer semestre de presidencia, León va a realizar una serie de actos de divulgación sobre el pasado y presente de la cultura judía, contando, como actividad inminente, con la exposición que se va a celebrar del 28/02/2008 al 26/03/2008, en el Auditorio de la ciudad, que mostrará las aljamas de las 21 ciudades que forman la Red de Juderías españolas, bajo el título:

“Arquitecturas Simbólicas: las puertas de las juderías”

La muestra está formada por noventa imágenes pertenecientes a los barrios judíos y a sus formas y elementos más representativos relacionados con las aljamas judías y sus elementos más característicos, dándoles una interpretación entre poética y simbólica a través de sus puertas, huecos, espacios recónditos, elementos singulares, textos y mapas.


La organización correrá a cargo del Patronato de Call de Gerona con la colaboración de la Red de Juderías de España y el apoyo de los Ministerios de Cultura y Asuntos Exteriores.


Del 17/04/2008 al 19/04/2008, y en el Centro Cultural de Caja España en la C/ Santa Nonia, 4, se celebrará un congreso sobre:

"El mundo judío en la Península Ibérica: sociedad y economía"


En el mes de mayo de este año, concretamente desde el 07/05/2008 al 28/05/2008, y nuevamente en la sala de exposiciones del Auditorio Ciudad de León, se celebrará una muestra del fotógrafo cordobés, Paco Sánchez Moreno, que hace un recorrido mágico por las aljamas de las ciudades que integran la Red de Juderías de España, bajo el título:

“Esencia de Sefarad


La Universidad de León, con la colaboración del Ayuntamiento de León, organizará del 05/06/2008 al 07/06/2008 y en el Salón de Actos del Ayuntamiento, un nuevo congreso sobre:

"La mujer en el mundo judío: historia, arte y literatura"


Para cerrar la presidencia leonesa, y en el Salón de Actos del Ayuntamiento de León, del 09/06/2008 al 13/06/2008, se realizará:

“Ciclo de cine judío”

También está previsto para este semestre por parte del Ayuntamiento de la ciudad, contando con la colaboración de Caja España, y el acuerdo de cesión al Consistorio de la iglesia de San Pedro en Puente Castro, realizado por el Obispado de León, el establecimiento en el templo de un museo judío y un centro intercultural, con piezas originales y reconstrucciones hebreas y romanas, además, será un Centro de Atención al peregrino en su tránsito por el Camino de Santiago.



domingo, 24 de febrero de 2008

Los judíos en León

Cada vez es más frecuente el interés de la sociedad leonesa por la presencia y cultura del pueblo judío en León. La persecución y el ostracismo que se ha promovido y fomentado por todo el mundo hacia los judíos, ha dado lugar a que, en muchos lugares, entre ellos España y en concreto nuestra ciudad, tuvieran que llevar una existencia clandestina en cuanto a sus costumbres y religión, lo que ha significado un desconocimiento total sobre su importancia e influencia científica, cultural y económica.

La diáspora (dispersión) judía no comienza, como normalmente se cree, con la destrucción de Jerusalén por Tito, hijo del emperador Vespasiano en el año 70 d.C., después de cinco meses de asedio, y el traslado de numerosos esclavos judíos a Roma y a todas las provincias del Imperio. La diáspora tiene su origen ya en el s. VI a.C., cuando Nabucodonosor en varias campañas militares a Jerusalén, deportó a centenares de hebreos a Babilonia. Después de la liberación, gran número de ellos se establecieron en el norte de Egipto, Asia Menor y sur de Europa.

En el s. II, se produce la decadencia definitiva con nuevas revueltas y guerras. El emperador Adriano arrasa Jerusalén, cambiándole el nombre por Aelia Capitolina, y despoblando y dispersando a los judíos por todo el mundo conocido. Al pueblo hebreo no le quedó más eslabón de unión que la Tora y la ley mosaica, a lo que se aferraron firmemente para seguir siendo un pueblo a pesar de la falta de patria y conservando, a pesar del tiempo y la distancia, su cultura e identidad.

Conocemos la existencia de judíos en la Península desde época romana, gracias a autores romanos como Flavio Josefo o Estrabón. Pero existen tradiciones medievales, como cita la Crónica de Al-Rasis, que fijan ya la presencia de judíos en nuestro país como consecuencia de las campañas de Nabucodonosor. Sea como fuere, no se debe hablar de comunidades judías asentadas en Hispania hasta época tardorromana.

La primera aljama leonesa se forma en Puente Castro a mediados del siglo IX, cuando el rey Ordoño I repuebla la zona. No será hasta comienzos del s. X, cuando documentalmente aparezca por primera vez la referencia a un hebreo, Habaz. Ocurre en un documento fechado el 22 de abril del 905 que figura en el Tumbo de Celanova, hoy en el Archivo Histórico Nacional:

"El presbítero Lázaro dona al presbítero Cixila y a los monjes de San Cosme y San Damián [de ‘Abeliar’] la tierra y el agua que había recibido de Habaz, judío converso y monje, el cuan se había entregado a él haciéndole ‘perfiliatio’ de todos sus bienes.”





martes, 19 de febrero de 2008

La agonía del patrimonio leonés

La prensa leonesa se hace eco de que ayer, 18 de febrero, la Comisión de Cultura y Turismo de las Cortes de Castilla y León rechazó la proposición no de ley, por la que se solicitaba a la Junta incrementar en la provincia de León el número de BIC (Bienes de Interés Cultural). La provincia de León, que representa casi el 17% del territorio de la Comunidad, solo cuenta con el 9% de los BIC registrados. Es un eslabón más de la gruesa cadena que inmoviliza, oprime y ahoga el patrimonio cultural leonés. Veamos unos datos.

La última “restauración” de San Miguel de Escalada realizada en 2.003, tuvo un coste de 320.000,00 €, cuantía irrisoria que no hace más que dilatar la agonía del monasterio. Pero San Miguel no es la única víctima de la desidia. Son muchos los edificios y lugares históricos o turísticos leoneses que languidecen en un permanente abandono: Peñalba de Santiago, los Castillos de Sarracín y Cornatel, Santa María de Sandoval, San Pedro de Montes, Palat del Rey, Fortaleza de Llanos de Alba, Teatro Emperador, Palacio del Conde Luna, la Iglesia de Santo Tomás de las Ollas, Castillo y Palacio de Grajal, y un largo, más bien considerable, etc.

Otros monumentos, excepcionales por su interés universal, sencillamente no existen, como la iglesia de Marialba de la Rivera, única en su género y señalada como la más importante construcción cristiana del norte de España y la mayor iglesia martirial de época paleocristiana en la Península.

Del mismo modo, otras iniciativas patrimoniales y culturales importantísimas para la ciudad, padecen por parte de las administraciones responsables una consciente ignorancia. Así ocurre con el sempiterno proyecto de la “ruta romana”. La ciudad de León, con un conjunto amurallado, que es el tercero de España, y restos romanos únicos repartidos por toda la ciudad, posee un presupuesto para su desarrollo tan exiguo que escasamente servirá para su mantenimiento.

Qué decir de las Médulas, los Canales de Llamas de Cabrera, los restos arqueológicos del Teleno, las “eternas” excavaciones de Lancia o la situación penosa del Camino de Santiago a su paso por la provincia.

Señalar también, la pasmosa inoperancia en importantes zonas turísticas y en proyectos culturales de interés, como la ruta de los Monasterios, la Vadiniense, o la ruta de la Plata, además de desaprovechar el impresionante potencial natural turístico que ofrecen los Picos de Europa, San Glorio o los Ancares. Todo estancado, todo infravalorado.

Y el más internacional de nuestros monumentos, la Catedral de Santa María, siempre con ingentes y eternos problemas: piedra, vitrales, tallas,… El plan actual propuesto por los garantes del patrimonio para solucionar la situación actual del edificio, es el pretencioso proyecto cultural denominado “El sueño de la Luz”, un plan de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, que ha firmado un acuerdo con Caja España y el Cabildo de la Catedral, con el fin de realizar trabajos de conservación y restauración en una pequeña parte de las vidrieras, así como en el pórtico occidental. Eso sí, con abundante propaganda, divulgación y efectos muy llamativos: “restauración abierta”, concesión de becas, cursos de formación, acercamiento al público, instalación plataforma, visitas guiadas, medios audiovisuales y hasta un Congreso Internacional de restauración de vidrieras, ¡ah!, y no nos olvidemos, las sustituciones de piezas arruinadas en resina o fibra de vidrio. Pero nada definitivo. Nada sobre una restauración total y un mantenimiento permanente. Un plan que, con la reciente incorporación al mismo del Ministerio de Cultura, alcanza un presupuesto total de 11,5 millones de euros hasta el año 2.012, de los cuales, 4,5 millones de euros se destinarán a una segunda fase de restauración de vidrieras, a pesar de que los expertos aseguran que, para la recuperación integral de la totalidad de los vitrales, serán necesarios 16 millones de euros.

Para hacerse una idea de la burlesca cantidad que recibe la Catedral de León en este proyecto, señalar que, solamente la restauración de la “fachada” de San Pablo en Valladolid (Proyecto cultural San Pablo), supera los 4 millones de euros (datos de AR&PA, V Feria de restauración del arte y patrimonio – Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León - www.arpa.jcyl.es/ ). Pero veamos otros presupuestos (muy interesantes y llamativos) destinados a la restauración y rehabilitación de edificios en la provincia y en la capital de la Comunidad.

Aunque se podrían relacionar multitud de inmuebles, iglesias, conventos, palacios, etc., de menor entidad e importancia, no se pueden obviar los datos presupuestarios referentes a nuevas construcciones y restauraciones recientes en edificios históricos y emblemáticos de la ciudad de Valladolid, y que han conseguido financiación por distintos medios: entidades privadas, Comunidad Autónoma, Ayuntamiento, Diputación y Estado:

Museo de Arte Contemporáneo “Patio Herreriano”, 18 millones de euros.

Rehabilitación del Teatro Calderón, 12 millones de euros.

La reciente rehabilitación del Archivo de Simancas, 10 millones de euros.

El Archivo Municipal, en la antigua Iglesia de San Agustín, 5 millones de euros.

El Teatro Lope de Vega, 7 millones de euros.

La reciente construcción del auditorio Miguel Delibes, 72,5 millones de euros.

La restauración del Museo Nacional de Escultura, 15 millones de euros.

Rehabilitación de la Casa Museo de Colón, 4 millones de euros.

La construcción del Museo de la Ciencia, 19 millones de euros.

Las obras de recuperación de la Catedral y su entorno, 9 millones de euros.

Además de un largo etcétera de exquisitas restauraciones y rehabilitaciones con importante presupuesto, entre los que citaremos: Monasterio de las Huelgas Reales, la Casa Museo Cervantes, el Monasterio de Nuestra Señora de Prado, sede de la Consejería de Cultura, etc., y de grandiosos proyectos de futuro, como la ampliación del Museo Arqueológico y la Ciudad de la Comunicación, que posiblemente contará con un Museo del Cine y de la Comunicación, además de la construcción de una Geoda.

Añadir también, el desembolso realizado para la nueva sede del Parlamento Regional, que ha costado más de 50 millones de euros, y el nuevo Centro Territorial en Castilla y León de TV, al que se destinado una inversión de 12 millones de euros.

Esta auténtica catarata de euros, más de 233 millones de euros (¡aproximadamente 38.800 millones de pesetas!), contrasta, sin duda, con los 11,5 millones de euros para nuestra Catedral (recordar que es un presupuesto hasta el año 2012) y, por supuesto, con los 320.000,00 euros “dedicados” a San Miguel de Escalada que hemos citado al inicio.

Por si esto fuera poco, la provincia de León queda apartada del reciente Plan de Intervención del Románico Norte www.romaniconorte.org/es/, financiada por la Comunidad de Castilla y León, que cuenta con un presupuesto global de 9,2 millones de euros, y que se desarrollará solamente en las provincias de Palencia y Burgos, entre los años 2.005 al 2.012, permitiendo la recuperación del patrimonio histórico, cultural y natural de 54 iglesias, monasterios, ermitas, incluyendo los edificios, sus bienes muebles y el entorno rural de las provincias citadas.

Para redondear, más de 40.000 millones de pesetas solo en obras mayores. Tomen nota.

Uno de los remates de un pináculo de la Catedral de León. Foto de CLAUDIO ÁLVAREZ (El País)

sábado, 2 de febrero de 2008

Las Candelas y San Miguel de Escalada: una bella historia, un triste escenario

Día de los Santos Inocentes, 28 de diciembre de 2.006. Los dos pequeños focos instalados en la explanada frente al monasterio, escasos 3000 vatios, pugnan con el ocaso y, poco a poco, van aflorando las bellas siluetas de los arcos y sus trece columnas sobre la pared interior del pórtico de San Miguel.

Desde la muerte de Filipo de Macedonia, ocurrida poco después de que emplazara su estatua en el teatro de Egas junto con las doce imágenes de los dioses principales macedonios, el número trece es considerado como el número de mal augurio, de mala suerte. Y esta mala suerte, este abandono, esta desidia es la que rodea y persigue a San Miguel de Escalada.

Allí mismo, mientras cae la noche y el frío se hace más intenso, bajo el pórtico iluminado, adquirimos el compromiso de conseguir que San Miguel, esa noche iluminado y destacando entre la oscuridad de los montes de Valdabasta, tenga la dignidad que merece y que, esa pretensión legítima, hoy transformada en luz, llegue a todas partes. Que todo el mundo conozca la indolencia de la que hacen gala los administradores del patrimonio de nuestra tierra.

Fue un día muy largo. Durante la mañana, el silvar, que lleva años frente al Monasterio, se “viste de luces”, se envuelve de Navidad, de adornos y bombillas, y por primera vez, después de haber tendido un centenar de metros de cable, la electricidad llega a los aledaños del Monasterio. El día de los Inocentes del 2.006, llevamos la luz a San Miguel, pero la situación del templo no está para bromas.

A la convocatoria de ese día acudieron al templo dos de sus mejores conocedores. Allí estuvo Gerardo Boto Varela, actual coordinador de Historia del Arte de la Universidad de Gerona, y Artemio Martínez Tejera (UAM), autor de la única tesis que se ha escrito sobre el Monasterio de San Miguel. Ambos, habían participado unos días antes en el congreso “Monasterio et territorio,” celebrado en la Universidad Autónoma de Madrid, donde habían presentado las lamentables imágenes de la situación en que se encuentra San Miguel de Escalada.

Martínez Tejera y Boto Varela expusieron públicamente esa mañana su inquietud por el Monasterio de San Miguel. Consideraron la falta de alumbrado como hecho incalificable, pero sobre todo, destacaron el estado penoso en el que se encuentra el templo a pesar de las obras realizadas en el 2.003. Apuntaron, entre otros asuntos preocupantes, la situación precaria del arco que separa la zona de los fieles de los ábsides, al no cumplir la función de soportar el peso del edificio, generando un problema serio de estabilidad. Del mismo modo, el arco geminado del pórtico, una de las joyas más interesantes y representativas de San Miguel, está agrietándose de manera espectacular.

Denunciaron también las fisuras aparecidas en algunos sillares, que demuestran la torsión del edificio, y la necesidad de poner en funcionamiento, de modo apremiante, un procedimiento de drenaje que evite las filtraciones permanentes de agua y el sellado urgente de la unión de la parte románica y la mozárabe, unión por la que fluye permanentemente el agua. De la misma manera, enjuiciaron la consolidación reciente de la parte románica, considerándola un fiasco, un cúmulo de irregularidades, como demuestran los últimos incidentes ocurridos, así como las condiciones en las que se encuentra la armadura que soporta el tejado, donde los tirantes están obligados a trabajar más de la cuenta debido al exceso de longitud del pendolón, la pieza vertical que va desde la hilera o espina a los tirantes.

Artemio Martínez aprovechó la ocasión para señalar la apremiante puesta en marcha y la realización de un plan que englobe un proyecto arqueológico de investigación y una rehabilitación seria del Monasterio. Criticó la restauración realizada en el 2.003, y recuerda que, en la reforma que se realizó entre los años 1829 y 1833, ya se levantó un muro trasero semejante al recientemente construido con el fin de evitar las filtraciones de agua. Ese muro no funcionó, con lo que resulta difícil comprender por qué se ha caído en el mismo error.

Por el contrario, las canalizaciones de agua ejecutadas por Menéndez Pidal en la década de los años cuarenta cuyo objeto era drenar y dirigir el agua para que no se filtrara hacia el Monasterio, se han destruido en las últimas reparaciones con el consiguiente deterioro para el templo.

La denuncia sobre el estado lamentable de la estructura del Monasterio que realizaron los dos historiadores resulta aplastante y debe de ser tenida en cuanta con urgencia. Pero no solo San Miguel necesita una consolidación arquitectónica. Nada se ha hecho hasta hoy, de aquella velada promesa, allá por el año 1993, en la que la administración autonómica insinuó dotar a San Miguel de un pequeño espacio museístico y de su rehabilitación definitiva. Han pasado 15 años sin que el edifico haya recibido apenas atenciones, con excepción de la última y descabellada restauración.

Posiblemente se tuviera previsto otro proyecto de más envergadura, como demuestra la excavación arqueológica parcial, la manipulación, sin sentido aparente, de restos y sarcófagos, los cierres de cristal, los paneles transparentes fijos en las paredes de la nave románica, ... Los responsables y ejecutores han logrado un perfecto despropósito por las muestras de deterioro evidente y por un patente mal gusto, como la colocación de una nueva puerta en el pórtico que repite los motivos de las paredes, resultando grotesca la pugna de las formas originales con las copias; o el muro de contención trasero, fantástico en tamaño, que, en vez de integrarse en el paisaje, se realza como moderno espigón, a la vez de que, como declara Martínez Tejera, se ha demostrado inoperante.

Es necesaria y urgente una consolidación efectiva y definitiva, la valoración de los restos, un lugar de interpretación de su arquitectura e historia, el traslado de la casa del guarda o, en todo caso, su rehabilitación, la señalización oportuna y un aparcamiento adecuado, aseos públicos, una zona de esparcimiento, una iluminación adecuada, la vigilancia y control que merece y un horario de apertura regular. San Miguel debe de ser un foco de recepción de visitantes a nivel nacional e internacional, que puedan disfrutarlo en las mejores condiciones y con el máximo de garantías, e integrado en el circuito de espacios museísticos de León.

Un día tan intenso no podía finalizar sin un colofón digno de San Miguel. Tras los testimoniales focos, llegó la potencia de modernos generadores que lanzaron sobre el templo 40.000 vatios de luz. La oscuridad del entorno y la luz sobre el Monasterio formaron un espectáculo mágico. En aquella fría noche de diciembre, la sutileza de San Miguel desafió el paso del tiempo y surgió poderoso, seductor, entre los ribazos que se asoman a los llanos del Esla, turbando a todos los que allí estábamos.

En los días siguientes fue incesante el apoyo entusiasta de diversos colectivos, municipios, vecinos, y todo tipo de personas comprometidas y sensibles con nuestro patrimonio. Había que volver a iluminarlo. Y que mejor ocasión que el día de la Fiesta de las Luces, las Candelas, el 2 de febrero, hace ahora un año, día en el que según la tradición popular, hoy casi perdida, finalizaba la Navidad, se bendecían las velas, las candelas, que se utilizarían en el hogar durante el año, se cantaban los últimos villancicos ante el Belén, que ese mismo día se retiraba, y se comían los restos de los turrones y dulces.

En las Candelas del año 2.007, la fiesta de luz y sonido atrajo a decenas de personas implicadas con el Monasterio, que participaron activamente en la fiesta y que, como manda la tradición, dieron buena cuenta de los últimos dulces de la Navidad y del orujo que por allí deambulaba. No faltó la luna llena, los discursos reivindicativos, la música medieval, los medios de comunicación, los trajes típicos, y, sobre todo, la procesión de todos los asistentes que, con una vela encendida, desfilaron en procesión por la explanada. El rito de los cirios (Lc. 2,32), en el que el anciano Simeón habla de Cristo como “luz para iluminar a las naciones ...”, se escenificó junto al Monasterio y todos los allí presentes pedimos al cielo que la luz, en todos los sentidos, llegue definitivamente a San Miguel e ilumine, de paso, a sus grises responsables.

Ante un giro inesperado en los acontecimientos, que ocasiona la llegada de personas indolentes e inoperantes a algún colectivo, otrora preocupado por la reivindicación del patrimonio leonés, en la fiesta de las Candelas del 2.008, este 2 de febrero, no se podrán repetir los mismos o parecidos actos que el pasado año con el fin de denunciar y exigir la protección y rehabilitación definitiva de San Miguel de Escalada, pero sirva este texto para recordar aquellos significativos y fascinantes días, que siempre estarán en nuestra memoria, y pedir ayuda haciendo nuestra la máxima del Obispo Sampiro: “Que la sabiduría encienda tu luz, ¡oh, San Miguel!, y desaparezcan las tinieblas.